jueves, 12 de junio de 2014

Capítulo XXVI: La conquista de la tierra firme.



Capítulo XXVI: La conquista de la tierra firme. 




   Sea bienvenido el lector a bordo de este blog y de su periplo imaginario a través de los muchos millones de años de nuestro pasado común. Vivimos tan inmersos en el presente que rara vez nos preguntamos seriamente acerca de aquello que ha estado sucediendo en la Tierra antes, mucho antes, de que nosotros apareciéramos sobre ella. Y sin embargo estas líneas tienen por objetivo sacarnos brevemente de dicho presente y lanzarnos hacia otras épocas de las que somos herederos. Es pues momento de proseguir viaje (o de incorporarse en marcha para quien acabe de descubrir este blog).


  Con el crepitar de su condensador de fluzo, nuestra Máquina del Tiempo Imaginaria regresa al periodo Silúrico, hace unos 443-420 millones de años.


FanerozoicoCenozoicoCuaternarioHoloceno (ahora)0,011784
Pleistoceno2,588
NeógenoPlioceno5,332
Mioceno23,03
PaleógenoOligoceno33,9 ±0,1
Eoceno55,8 ±0,2
Paleoceno65,5 ±0,3
MesozoicoCretáceo145,5 ±4,0
Jurásico199,6 ±0,6
Triásico251,0 ±0,4
PaleozoicoPérmico299,0 ±0,8
CarboníferoPensilvaniense318,1 ±1,3
Misisipiense359,2 ±2,5
Devónico416.0 ±2,8
Silúrico <443,7 ±1,5
Ordovícico488,3 ±1,7
Cámbrico542,0 ±1,0

 El lector veterano no se sorprenderá al hallarse en un planeta cuya geografía no tiene mucho que ver con la actual.






 Fruto la colisión entre lo que fueron las islas-continente de Avalonia, Báltica y Laurentia (véase capítulo anterior) ha nacido el continente de "Euroamérica", que como su nombre indica incluye regiones hoy tanto europeas como americanas. Tal encontronazo de masas de tierra generó la llamada orogenia Caledoniana. Puede que al lector dicha denominación le suene a chino, pero si visita las distintas regiones montañosas de Nueva Inglaterra (EEUU), Groenlandia (no, esas no son muy accesibles), el centro y norte de Gran Bretaña, Noruega, los Países Bajos o el norte de Alemania podrá ser testigo de los vestigios de aquel choque.     


Como puede verse, la contrapartida norteamericana recibe el nombre de orogenia Acadia, siendo sin embargo parte del mismo fenómeno. 



 El Silúrico puede ser considerado como el comienzo de la "era de los peces", precisamente porque este grupo de animales experimentó una notable expansión. El desarrollo de un flexible esqueleto interno así como de poderosos músculos y temibles mandíbulas otorgó a nuestros antepasados una considerable ventaja evolutiva, gracias de hecho a la cual estamos aquí. 
"Guiyu Oneiros", el primer pez óseo. 
Concretamente somos descendientes de los peces de esqueleto verdadero u óseo (1), que fueron los que a la larga más éxito tendrían, aunque en un principio fueron superados por sus primos de esqueleto blando o cartilaginoso, como los modernos tiburones o rayas. Entre este último grupo figuraban principalmente los acantodios, más conocidos como "tiburones espinosos".  Con sus cuerpos plagados de aletas y su forma de torpedo, surcaban velozmente las aguas silúricas, abalanzándose sorpresivamente sobre sus presas y escapando a toda pastilla de los depredadores.



Climatus, uno de los acantodios o tiburones espinosos más famosos. Aunque no lo parezca, estaba emparentado con los modernos escualos. Fuente: http://peersd.cgsociety.org/art/climatius-bodypaint-peer-cinema-ziegler-4d-silurian-reconstruction-fish-from-3d-1025534


 Sin embargo el linaje de los vertebrados no estaba solo en los mares del Silúrico. Los artrópodos también tenían cartas que poner sobre la mesa, y vaya si lo hicieron. Los euriptéridos o escorpiones marinos (que a pesar de su nombre no tenían nada que ver con los modernos escorpiones terrestres) ya habían aparecido en el periodo anterior, el Ordovícico, sin embargo fue ahora cuando desarrollaron todo su potencial. Su máximo exponente fue Pterygotus, una temible criatura acorazada provista de potentes patas traseras a modo de "palas de remo" que junto con su cola aplanada debían de impulsarle a gran velocidad a través del agua. Seguramente que muchos de nuestros antepasados cayeron presa de sus pinzas y fueron devorados por estos monstruos, que llegaron a alcanzar los dos metros de longitud, siendo de hecho los más grandes artrópodos que nunca hayan existido.



Pterygotus, un artrópodo súperdepredador (de nuestros antepasados entre otras criaturas). Llegó a alcanzar los 2 metros de longitud. Véase nota (2).



 Fósil de Mixopterus, otro escorpión marino que además contaba con un aguijón mortal a juego con una suerte de terribles garfios delanteros repletos de pinchos. Encontrarse a este ser no tenía que ser una visión muy agradable. De nuevo destacan sus patas rematadas por "palas de remo".



Pterygotus Vrs. Orthoceras
 Respecto del filo de los moluscos, quedaban ya atrás los tiempos en que los poderosos Orthoceras, aquellos calamares gigantes provistos de caparazón cónico, dominaban el mar. Fueron duramente golpeados por la extinción de finales del Ordovícico (véase capítulo anterior) y muy pocos de ellos llegaron hasta el Silúrico, y solo para enfrentarse a la competencia de los enormes escorpiones marinos. Con todo, su familia aguantaría de algún modo hasta comienzos de la era de los dinosaurios. En cualquier caso los moluscos en general siguieron proliferando en muchas otras familias que ya darán que hablar en sucesivos capítulos.



  Pero nos estamos olvidando de algo. ¿Y la tierra firme? Durante millones de años los continentes e islas terrestres habían sido lugares yermos e inhabitados. Sin embargo, con una capa de ozono protectora recientemente formada y una atmósfera rica en oxígeno, parecía que por fin la vida podía atreverse a explorarlos y ampliar sus fronteras. 


Cooksonia fósil junto a reconstrucción. 
 El Reino Vegetal fue el primero en aventurarse y afianzarse fuera del agua. En el Ordovícico tímidos musgos habían tanteado el terreno, siempre cerca del agua. Ahora en el Silúrico asistimos al nacimiento de la primera planta puramente terrestre, la Cooksonia. La gran innovación que permitió su supervivencia y éxito en tierra firme fue el hecho de incorporar un sistema vascular, es decir, un mecanismo de "bombeo" (3) que hacía llegar la sabia desde la base hasta lo más alto de las ramas (el musgo carece de dicho sistema). Gracias a estas plantas al fin las tierras emergidas empezaron a llenarse de color verde.


Recreación artística de una pradera de Cooksonias. Tuvo que ser un paraíso para el Reino Vegetal, al no existir aún ningún animal herbívoro sobre la tierra (firme). 

 El Reino animal en cualquier caso no iba a quedarse rezagado por mucho tiempo. 

 Fueron los artrópodos quienes tomaron la iniciativa y hollaron la tierra firme por primera vez a comienzos del Silúrico, mucho antes de que lo hiciera ningún otro filo de animales. 


Un escorpión marino se aventura fuera del agua, explorando un litoral poblado de Cooksonias. Fuente: http://written-in-stone-seen-through-my-lens.blogspot.com.es/2012_06_01_archive.html


 No sabemos lo que motivó a estas criaturas a emprender semejante aventura, pero seguramente debió de tener que ver con la búsqueda de un nuevo espacio donde poder escapar de los depredadores y reproducirse sin peligro. Mil-pies (4) y pequeños arácnidos fueron los primeros en corretear con sus múltiples patas por los aún casi desiertos continentes (algunas de sus huellas han llegado hasta nosotros como testimonio). Y claro, detrás de ellos no tardaron en ir otros artrópodos cazadores, como el Brontoscorpio. 

 Estamos hablando de un escorpión gigante (esta vez verdadero) de casi un metro de largo, que en su tiempo fue el animal más grande sobre la tierra firme, aunque en realidad se trataba de una criatura anfibia, pues pese a poseer métodos para respirar fuera del agua tenía que volver al medio acuoso por ejemplo para cambiar su exoesqueleto, bajo el riesgo de quedar varado en tierra de no hacerlo. Actualmente tendemos a asociar a los escorpiones con animales puramente terrestres, que de hecho suelen habitar en tórridos desiertos y meterse en las botas del viajero incauto al menor descuido. Sin embargo, en origen los escorpiones fueron exclusivamente marinos y su familia participó activamente en la transición de los artrópodos del agua a la tierra. 


 Un grupo de Brontoscorpios emerge a tierra firme, bien para huir de los terribles escorpiones marinos o bien para buscar presar que cazar, tales como los mil-pies o pequeños arácnidos que empezaban a colonizar los continentes. Imagen sacada del algo sensacionalista documental "Walking with Monsters".

 Muy bien por los artrópodos, pero... ¿y nuestros antepasados? En el Silúrico los vertebrados aún siguen confinados únicamente en los ecosistemas acuáticos. ¿Qué cambió eso? ¿Como pudieron los peces dar pie (nunca mejor dicho) a la increíble variedad de vertebrados terrestres que vendría después? Lo veremos en el próximo capítulo, en el cual saltaremos al siguiente periodo geológico: el devónico. Hasta entonces, reciban un muy cordial saludo.




Notas y webgrafía:


1) Recordemos que hoy en día los peces, en cuanto a esqueleto, se divide en aquellos que poseen uno cartilaginoso (¿han comido alguna vez oreja? piensen en esa textura), como los actuales tiburones y rayas, y luego los demás, formados por huesos propiamente dichos, como las raspas de una sardina o los nuestros propios. Los tiburones son muy antiguos, y como hemos visto en este capítulo, sus formas más primitivas tomaron ventaja al principio.


2) Por si dudan de la veracidad de mis afirmaciones, al registro fósil me remito:



El arqueólogo Allan Lang posa junto a un ejemplar de Pterygotus.
 Más imágenes espectaculares como la anterior y una completa explicación acerca de los escorpiones marinos en este alucinante blog cuyo enlace les dejo a continuación:

http://written-in-stone-seen-through-my-lens.blogspot.com.es/2012_06_01_archive.html




3) Las comillas son muy necesarias en la medida en que las plantas no poseen nada parecido a nuestro sistema cardiovascular. No hay ningún corazón vegetal bombeando sabia. Entonces... ¿como es capaz de llegar esta hasta las ramas más altas de un árbol? La respuesta se halla en un sistema alternativo: la ósmosis. Dicho mecanismo es algo complicado de explicar, pero groso modo puede resumirse diciendo que, teniendo dos líquidos con diferentes concentraciones de soluto (por ejemplo de sal) separados por una membrana semipermeable (es decir, que deja pasar el agua pero no el soluto), ambas concentraciones tenderán a igualarse, pasando en este caso sal del lado con más concentración al otro con menos. Así, las raíces de las plantas pueden absorber las sales minerales y nutrientes del suelo.


* Fe de erratas (el Sr. Paco Arjonilla, viejo corrector de este blog, me llamó la atención sobre lo siguiente). La ósmosis no hace subir la sabia desde las raíces hasta las más altas ramas, sino un fenómeno denominado como "capilaridad". Dado que este asunto supera mis conocimientos, cito directamente a la Wikipedia:



 >> La capilaridad es un proceso de los fluidos que depende de su tensión superficial la cual, a su vez, depende de la cohesión del líquido y que le confiere la capacidad de subir o bajar por un tubo capilar.
Cuando un líquido sube por un tubo capilar, es debido a que la fuerza intermolecular o cohesión intermolecular entre sus moléculas es menor que la adhesión del líquido con el material del tubo; es decir, es un líquido que moja. El líquido sigue subiendo hasta que la tensión superficial es equilibrada por el peso del líquido que llena el tubo. Éste es el caso del agua, y esta propiedad es la que regula parcialmente su ascenso dentro de las plantas, sin gastar energía para vencer la gravedad. <<

 Más información acerca de la ósmosis, que además de en los seres vivos (no somos una excepción) tiene importantes aplicaciones industriales, en Wikipedia:  http://en.wikipedia.org/wiki/Osmosis


 Sobre la capilaridad: http://es.wikipedia.org/wiki/Capilaridad

(4) Como más vale una imagen que mil palabras, aquí os dejo la imagen de un mil-pies, que todos reconoceremos de haberlo visto en alguna ocasión en nuestros jardines (aunque espero que no en esas monstruosas proporciones). Para saber más:


http://www.paulselden.net/uploads/7/5/3/2/7532217/seldenread2008.pdf



Admito que si me encuentro a esa cosa en medio de una de las macetas de mi terraza me da un chungo. Sin embargo los mil-pies tuvieron el honor de ser de las primeras criaturas en pisar la tierra firme, y lo cierto es que no les faltaron patas para ello. 


Y para una indagación rápida, no dejen de leer el artículo de la Wikipedia:

http://en.wikipedia.org/wiki/Silurian





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