domingo, 24 de mayo de 2015

Capítulo XXXIV: Parque Cretácico. Primera Parte.


Capítulo XXXIV

 Parque Cretácico. 


Primera parte: 
 Herbívoros de largos cuellos y carnívoros de rostro arrugado.


 El Cretácico fue el último periodo de la era mesozoica, aquella en la que vivieron los dinosaurios. En él estos sorprendentes animales alcanzaron su máximo desarrollo evolutivo, creando toda una variedad de formas y adaptaciones que desafían la imaginación del más loco guionista. Seguro que el lector ha visto la película "Parque Jurásico", y si lo hizo de pequeño como yo sin duda quedaría sorprendido con todas esas fantásticas criaturas. Pues bien, resulta que casi todos los dinosaurios que aparecen en dicha película pertenecieron en realidad al Cretácico, y en verdad son solo una pálida sombra de lo que realmente puede ofrecernos este periodo. Así que invito al lector a enfundarse el traje de explorador del tiempo y a acompañarme a este salvaje y arcano periodo gracias al poder de la Máquina del Tiempo Imaginaria en que puede transformarse este blog en un momento. Si está conforme, entonces dicho y hecho.

 Como es tradición aquí, primero cuadremos las coordenadas temporales. Para ello una tabla cronológica no nos vendrá mal:


EónEraPeríodoÉpocaMillones de años
Fanerozoico
(hay tres eones anteriores, el Hadéico, el Arcaico, y el Proterozoico, abarcando cosa así de unos 4.000 millones de años entre ellos).
Cenozoico ("era de los mamíferos")CuaternarioHoloceno(AHORA)0,011784
Pleistoceno2,588
NeógenoPlioceno5,332
Mioceno23,03
PaleógenoOligoceno33,9 ±0,1
Eoceno55,8 ±0,2
Paleoceno65,5 ±0,3
Mesozoico
("era de los dinosaurios")
< Cretácico >145,5 ±4,0
Jurásico: Los dinosaurios se diversifican con rapidez. Otros grandes reptiles pueblan la tierra, ictiosaurios y plesiosaurios en el mar y pterosaurios en el aire. Aparecen las primeras aves a partir de pequeños dinosaurios carnívoros. Evolucionan los primeros mamíferos verdaderos a partir de sus antecesores, los reptiles mamiferoides, quienes se extinguen. El supercontinente Pangea comienza su fragmentación.199,6 ±0,6
Triásico: Los reptiles mamiferoides logran recuperarse tras el duro golpe recibido, pero finalmente terminan retrocediendo posiciones frente a otras criaturas como los reptiles diápsidos. El final del periodo se salda con una extinción masiva que pone fin a los reptiles mamiferoides; solo sus descendientes mamíferos sobrevivirán. Poco antes un grupo de diápsidos había dado lugar a las primeras formas de dinosaurios. Otros grupos de diápsidos se adaptan a la vida en el mar y en el aire. En los océanos, salvo por los reptiles gigantes, la vida adopta un aspecto moderno).251,0 ±0,4
Paleozoico Pérmico: Se ensambla el supercontinente Pangea, auge de los reptiles mamiferoides, clima árido, el periodo termina con una extinción masiva que elimina al 90% de las especies de animales y a la mitad de las vegetales.299,0 ±0,8
Carbonífero: Colonización activa del medio terrestre, frondosas selvas pobladas con insectos y anfibios gigantes, gracias a una concentración muy elevada de oxígeno en la atmósfera.Pensilvaniense318,1 ±1,3
Misisipiense359,2 ±2,5
Devónico: Era de los peces, escorpiones marinos gigantes, primeros anfibios. Revolución en el Reino vegetal: Aparecen las primeras plantas vasculares; al final del periodo ya hay árboles con corteza y semilla, que forman los primeros bosques y selvas.416.0 ±2,8
Silúrico: Primeros insectos y plantas terrestres. 443,7 ±1,5
Ordovícico Primeros peces aún muy primitivos, grandes moluscos acorazados dominan el mar.488,3 ±1,7
Cámbrico"Explosión Cámbrica", gran radiación de la vida pluricelular compleja. Aparecen todos los filos del Reino Animal y también otras extrañas y misteriosas líneas evolutivas que no llevarán a ningún sitio.542


 Fijado nuestro objetivo, viajamos instantáneamente al Cretácico. Ya estamos en él, así que menos que echar un vistazo al planeta que nos aguarda:



 Como vemos, el supercontinente Pangea ya es cosa del pasado y las masas de tierra actuales ya pueden adivinarse sin problemas, aunque la India aún tiene que derivar muy hacia el norte hasta colisionar con Asia. Australia por su parte todavía se halla pegada a la Antártida, continente este último en el que los dinosaurios aguantaron durante el periodo anterior pero que ya prácticamente se ha echado a perder por culpa del frío extremo. Por otro lado América del Norte está dividida por un brazo de mar mientras que Europa no es más que un fragmentado archipiélago. En cuanto al clima, este fluctuará entre periodos más fríos al principio con posteriores etapas un poco más cálidas, probablemente ligadas a la mayor concentración de dióxido de carbono en la atmósfera como consecuencia de la intensa actividad volcánica.  
 Tras este breve reconocimiento, bajemos ahora hasta la peligrosa superficie y exploremos este extraño mundo.

 Aterrizamos en un frondoso bosque, con algún despejado claro aquí o allá. Hace calor y la concentración de oxígeno es un 30% superior a la actual, con lo cual nos sentimos en plena forma. Inmediatamente nos sorprende descubrir la presencia de numerosas plantas engalanadas con flores de múltiples colores, formas y tamaños. Nunca antes había existido nada parecido en el planeta, pero justo ahora el mundo vegetal ha experimentado toda una revolución gracias al desarrollo de quizá su más genial invento, la flor. Fue un antes y un después para el Reino Vegetal; poco después de su evolución, las Angiospermas (más conocidas simplemente como "plantas con flores") estallaron en una diversidad arrolladora, coloreando súbitamente numerosos ecosistemas de la tierra. Actualmente cerca del 90% de las plantas terrestres pertenecen a este grupo, aunque en el Cretácico aún eran dominantes las Gimnospermas (plantas de semilla desnuda y sin flores), principalmente coníferas como pinos y araucarias. 


En el cretácico las plantas protagonizaron toda una explosión floral. Fuente: https://tentativeplantscientist.wordpress.com/tag/magnoliophyta/



 Quizá el mayor éxito de las flores fue la alianza que establecieron con los insectos, todo un ejemplo de co-evolución. Las abejas evolucionaron conjuntamente con las flores, sellando un pacto irrompible por el cual estos laboriosos insectos actúan como mecanismo de polinización a cambio de una generosa paga a base de néctar. Pronto algunos otros animales se unirían a la alianza (véase nota 1), que hoy en día sigue generando amplios beneficios para todos los implicados.

«Louise Docker - Lift Off- Best Viewed Large (by)» de Louise Docker from sydney, Australia - Lift Off- Best Viewed Large. Disponible bajo la licencia CC BY 2.0 vía Wikimedia Commons.
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Louise_Docker_-_Lift_Off-_Best_Viewed_Large_(by).jpg#/media/File:Louise_Docker_-_Lift_Off-_Best_Viewed_Large_(by).jpg

 Paseamos pues por entre la florida vegetación y las altas coníferas, sospechando que tarde o temprano nos toparemos con algún dinosaurio. Como queremos estar preparados, sacamos nuestra enciclopedia de bolsillo y echamos un vistazo a su clasificación con el fin de saber qué es lo que podemos encontrarnos.

 Desde el principio hubo dos ordenes bien diferenciados de dinosaurios. Primero tenemos a los dinosaurios con cadera de lagarto (Saurischia), orden que engloba a los dinosaurios carnívoros (los terópodos) así como a los dinosaurios de cuello largo (saurópodos). 



 Saurópodos (izquierda) y terópodos (derecha), los dos grupos de Saurischia. Los prosaurópodos aparecen mencionados como precursores de los primeros, sin embargo en el Cretácico ya no quedaba ninguno.


 Ambos grupos tuvieron un gran éxito en el periodo anterior, el Jurásico y aún prosperan. Por otro lado encontramos a los dinosaurios con cadera de ave (Ornithischia), entre los cuales se encuentran los dinosaurios con cuernos (ceratópsidos), acorazados (anquilosaurios), con placas y pinchos en la cola (estegosaurios), de pico de pato (hadrosaurios) y algunos otros peculiares grupos que ya visitaremos. Tal vez con un esquema el lector lo visualice mejor.


 Los dos órdenes de dinosaurios. Pelvis Saurischia, arriba. El ejemplo proviene de un Allosaurus, un terópodo (carnívoro bípedo) muy común en el Jurásico. Nótese que el pubis, el ilion y el isquion eran dobles, lo cual no se aprecia al verlos de perfil. Abajo, pelvis de un Hypsilophodon, un pequeño dinosaurio herbívoro que era buen corredor y además miembro de Ornithischia. En el esquema podemos observar sucintamente la división de todos los dinosaurios dentro de estos dos grandes órdenes. Los segnosaurios aparecen marcados con una línea discontinua al ser un grupo dudoso. 


 Como podemos movernos y localizar todo aquello que queramos, mejor vamos a quedarnos en esta primera parte únicamente con el orden Saurischia y dejemos a sus hermanos de Ornithischia para posteriores capítulos.

 Acotado nuestro recorrido de hoy aún así debemos de empezar por algún sitio, así que si les parece bien vayamos primero a por los miembros de Sauropoda, esos pesados gigantes de largos cuellos y colas. Criaturas enormes, funcionaban como arrolladoras máquinas de devorar vegetación, que arrancaban y engullían sin siquiera masticar.
Gastrolitos: piedras estomacales. 
Para ello contaban con poderosos estómagos a los que ayudaban tragándose piedras, los gastrolitos, que les permitían triturar en ellos la comida más fácilmente (como algunas aves actuales).



Cabeza de Camarasaurus, un saurópodo. Se puede ver como sus dientes solo sirven para cortar, no para masticar. Museo de Ciencias Naturales de Madrid, fotografía del autor.


  Sin embargo poco a poco las filas de los saurópodos van a ir mermando, víctimas de la competencia con otros dinosaurios herbívoros más evolucionados y más eficaces (los ornitópodos, ciertos miembros de Ornithischia que ya visitaremos en el próximo capítulo; más pequeños y que podían masticar rápidamente casi cualquier planta). No obstante el grupo todavía era fuerte a comienzos del Cretácico, poblando de cuellilargos colosos vegetarianos muchas partes del planeta. Llegados a este punto, debo de hacerle notar al lector que ya no se puede caminar libremente de un lugar a otro del planeta; ahora existen continentes separados en los cuales cada grupo de dinosaurios evolucionará a su manera, incluyendo a nuestros enormes saurópodos.

  En Sudamérica encontramos a un descendiente de los grandes y largos saurópodos del Jurásico (véase nota 2). Se trata de Amargasaurus, un animal que por algún misterioso motivo ha desarrollado unas largas y enormes espinas sobre su cuello y lomo. Las espinas del lomo pudieron sostener algún tipo de vela, sin embargo las del cuello están desapareadas, con lo cual su fin solo pudo ser defensivo. Es lógico si pensamos que este era un punto débil especialmente evidente en este tipo de animales.


 Amargasaurus. Su nombre proviene del Cañón Amarga, en Argentina, donde fue desenterrado, aunque ciertamente las espinas del cuello debieron de amargarle el día a más de un depredador. Con 12 metros de longitud esta no era sin duda una presa fácil. En la ilustración no se ha optado por imaginar una vela dorsal, lo cual es sin duda una posibilidad. 
Fuente: http://furiadedinotitanes.blogspot.com.es/2011/09/batalla-5-megaraptor-vs-amargasaurus.html

  
 Esqueleto de Amargasaurus rodeado por un ejército de escolares. Pertenece a una extraña familia de saurópodos con espinas, los "dicraeosauridos", que a principios del Cretácico prosperaron temporalmente tanto en África como en Sudamérica. Fuente: Wikipedia.
    
 En la misma línea, pero subiendo las apuestas en lo que  a pinchos se refiere, no podemos dejar de asombrarnos ante Agustinia, otro espinoso saurópodo argentino.


Agustinia ("Cosa de Agustín Martinelli", su descubridor). Con 15 metros de largo, era si cabe más grande que Amargasaurus. Fuente: http://www.cesern.com/

 De todos modos estos saurópodos espinosos no representaban el futuro del grupo. Pronto declinaron y fueron sustituidos por los saurópodos que realmente partirían el bacalao desde ahora y hasta que todo terminase: los titanosurios. Como su nombre indica eran animales enormes, pero cuya anatomía tendía de algún modo a ser compacta en comparación con sus alargados predecesores, luciendo torsos más anchos. Precisamente se reconoce fácilmente sus huellas por estar más separadas que las de sus antepasados.

 Antarctosaurus, también sudamericano, fue uno de los más enormes dinosaurios que jamás existieran, pudiendo medir hasta 35-40 metros y pesar unas 30 toneladas. Solo su fémur alcanzaba los 2,5 metros de largo, siendo uno de los mayores huesos encontrados hasta ahora. Todo un titán entre los titanosaurios.


 Antarctosaurus, sus restos se han descubierto en numerosos países de Sudamérica, indicando el gran éxito alcanzado por este animal. Casi 40 metros de pura mole vegetariana.
Fuente: http://contentparadise.com/productdetails.aspx?id=17606



 El paleontólogo Fernando E. Novas posa al lado de un fémur de Antarcosaurus.
Fuente: 
http://www.corbisimages.com/stock-photo/rights-managed/AAMK001007/femur-of-antarctosaurus


 Sin embargo no todos los titanosaurios hicieron honor a su nombre y optaron por hacerse titánicamente grandes. Algunos evolucionaron una peculiar piel acorazada y se mantuvieron en tamaños más "pequeños" de unos 15 metros. Tal es en caso de Ampelosaurus, uno de los representantes titanosaurios en el archipiélago que algún día formaría Europa. 

 
 Pareja de Ampelosaurus, un género de extraños titanosaurios blindados. Medían 15 metros de longitud, siendo más pequeños que algunos de sus primos no acorazados. Fuente: http://pixshark.com/ampelosaurus.htm


 Para despedirnos de los saurópodos, hemos de visitar a una reliquia del Jurásico, perteneciente a la familia de los braquiosaurios, los "lagartos brazo", precisamente caracterizados por tener las extremidades delanteras mucho más largas que las traseras, elevando sus cuellos hacia el cielo. Estos animales ya casi se han extinguido, pero han dejado como último representante al Sauroposeidon, en latín nada más y nada menos que "lagarto dios de los terremotos". Y no es para menos: 17 metros de altura, unos 30 metros de largo, una masa de 50-60 toneladas... su caminar debía ciertamente de hacer retumbar la tierra.


Grupo de Sauroposeidones recorriendo los antiguos parajes de Norteamérica. Fuente: http://es.prehistrico.wikia.com/wiki/Archivo:Sauroposeidon..jpg


 Hasta el momento solo se han encontrado cuatro vértebras de su cuello, pero comparándolas con las de su antecesor , el Brachiosaurus (que tal vez recuerden de la película "Parque Jurásico") se ha descubierto que era similar a éste pero hasta un 25% todavía más grande.
Fuente: 
«Sauroposeidon Scale Diagram Steveoc86» de Steveoc 86 - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Sauroposeidon_Scale_Diagram_Steveoc86.svg#/media/File:Sauroposeidon_Scale_Diagram_Steveoc86.svg


 Tras todo este desfile de gigantes herbívoros, el lector tendrá ya ganas de descubrir a los terribles depredadores que los amenazaban (los más grandes al menos). No es pues mi deseo hacerle esperar más, así que agarrémonos los machos y vayamos a su encuentro.

 Theropoda, el único y exclusivo grupo de dinosaurios carnívoros, nos depara en el Cretácico sorpresas que solo recientemente hemos podido empezar a descubrir y que nadie se habría esperado hace unas décadas. La diversidad de formas y adaptaciones que consiguieron sus miembros, los terópodos, seguro que dejarán al lector totalmente patidifuso. 

 Creo que lo mejor es empezar por el principio, así que sepa antes de nada el lector que todos los dinosaurios carnívoros del Cretácico se dividieron en dos grandes ramas: los abelisaúridos y los tetanuros.

 Los abelisaúridos, también llamados dinosaurios de rostro arrugado, fueron los terópodos "rebeldes" del Cretácico. Pertenecían a neoceratosauria (véase nota 3), un linaje ancestral que se extinguió en todo el mundo menos en Sudamérica, en donde logró atrincherarse gracias al aislamiento de este continente, evolucionando y después recuperando de alguna manera el terreno perdido al reconquistar todas las zonas australes (donde la presencia de sus enemigos tetanuros era menor o inexistente) justo antes de que la separación final de los continentes aislase a cada uno en su lugar. Eran dinosaurios carnívoros muy atípicos que de alguna manera nos recuerdan a los dragones mitológicos: colas largas y flexibles, espinas triangulares sobre la espalda, lomos protegidos con escamas acorazadas, casi ausencia de brazos, compactas cabezas de hocico corto y extraños cuernos... pero lo que está claro es que su peculiar diseño de algún modo funcionaba, al menos en el hemisferio sur del planeta. En Madagascar y puede que en la India Majungasaurus es el rey.

 
 Majungasaurus, descubierto en Madagascar, que por entonces era una región desértica. La vida allí debía de ser tan dura que tenemos evidencias concluyentes de que esta especie recurrió activamente al canibalismo. Se han descubierto numerosos huesos suyos con inconfundibles marcas de dientes de otros Majungasaurus. Estos animales podían llegar a rondar los 9 metros de largo.
Fuente: http://es.prehistrico.wikia.com/wiki/Majungasaurus


 Majungasaurus atacando a un congénere. A pesar de que sabemos que eran caníbales, se ignora si llegaban al extremo de matarse entre ellos o si simplemente se alimentaban de los cadáveres de sus compañeros caídos. Fotograma del documental "Planeta Dinosaurio".

 En Sudamérica, la patria original de los abelisaúridos, encontramos a sin duda el miembro más raro del grupo, Carnotaurus ("toro carnívoro"), un terópodo cornudo de piernas larguísimas, brazos absurdamente raquíticos, espalda acorazada y hocico especialmente corto.


 Carnotaurus sastrei, la única especie descubierta de este desconcertante género. Brazos minúsculos que son casi muñones, cabeza anormalmente corta con una mandíbula inferior demasiado débil, curiosos cuernos que se proyectan hacia los lados, largas patas de corredor... todo es un misterio en este animal. Sorprendentemente junto a sus huesos se descubrieron restos de la piel, que aparte de estar formada por muchas escamas pequeñas y gijarrosas contaba también con una especie de escudos cónicos formando hileras a los lados. Media unos 7 metros de longitud.
 Fuente: http://taena-doman.deviantart.com/art/Carnotaurus-sastrei-210813984


Esqueleto de Carnotaurus sastrei. Sus proporciones casi parecen una broma.

Museo de Ciencias Naturales de Madrid, fotografía del autor.


 Carnotaurus sastrei, en esta ocasión en el Chlupáč museum de Praga. Nótense los brazos ridículos, las largas patas y la extraña cabeza. 
Fuente: Wikipedia.


 Carnotaurus representa un caso extremo en la tendencia que siguieron todos los abelisaúridos a dotarse de hocicos y brazos misteriosamente cortos,  rostros arrugados, curiosos cuernos, largas patas y pieles acorazadas. Parece ser que debían de confiar en su velocidad, resistencia y en hacer presa en sus víctimas al más puro estilo bulldog. Las muestras de violencia que presentan sus esqueletos tal y como los hemos ido descubriendo nos dan una idea de que fuese cual fuese su vida, no era para nada pacífica.

 En cualquier caso, por si no hubieramos visto ya suficientes rarezas, hubo una rama lateral de los abelisaúridos todavía más peculiar, los llamados noasaúridos,  liderados por Masiakasaurus, unos extraños seres que a juzgar por sus dientes orientados hacia delante debían de dedicarse a la captura de peces en los ríos. 


Masiakosaurus, descubierto en Madagascar, "zona abelosaúrida". No medía más de dos metros de longitud.  «Masiakosaurus skull FMNH». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Masiakosaurus_skull_FMNH.jpg#/media/File:Masiakosaurus_skull_FMNH.jpg.


Masiakasaurus fue sin duda un ser aberrante, aunque con esas mandíbulas debió de tratarse de un buen pescador. http://forum.faxcelestis.net/viewtopic.php?f=13&t=263 


Y llegados hasta aquí mi idea original era seguir escribiendo y guiar al lector a través del alucinante mundo de los competidores de los abelisaúridos, los tetanuros, aquellos dinosaurios carnívoros verdaderamente dominantes durante el cretácico. Sin embargo, es ese un recorrido tan asombroso y complejo que creo que será mejor dejarlo para el siguiente capítulo. Para entonces les prometo que nos enfrentaremos cara a cara a colosos emplumados dotados de aterradores garras, entre muchas otras criaturas que les dejarán boquiabiertos. Por el momento, recibid un cordial saludo. 



NOTAS : 


1) Hoy en día incluso animales superiores como los colibríes y murciélagos participan igualmente en ello.



Murciélago polinizando un cactus. Esta relación entre el Reino Animal y Vegetal empezó en el Cretácico. Fuente: http://www.planetaazul.com.mx/site/?p=22274&upm_export=print


2) Los grupos de saurópodos del Jurásico van a desaparecer a lo largo del Cretáceo, como por ejemplo "Diplodocidae", cuyo ejemplo más famoso es el Diplodocus que encontramos en tantos museos del mundo; animales largos y de cabezas pequeñas con dientes finos y en forma de cuchara. 


Diplodocus Carnegii, parte de la colección del Museo de La Plata. «Diplodocus Carnegii» de Javier Conles - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Diplodocus_Carnegii.jpg#/media/File:Diplodocus_Carnegii.jpg

 Otro grupo de saurópodos jurásicos que desaparecerán será "Brachiosauridae", famosos por el Brachiosaurus de "Parque Jurásico", uno de los pocos animales pertenecientes a este periodo que aparece en la película.


Brachiosaurus, fotograma de la película Parque Jurásico. 


3) Neoceratosauria estuvo formada durante el Jurásico por terópodos de pequeño tamaño y cola flexible, a diferencia de sus hermanos tetanuros, cuyas colas son rígidas (llegando incluso a tener las vertebras soldadas unas con otras). Los neoceratosaúridos, además de sus colas oscilantes solían disponer de extraños cuernos en la cabeza, adelantando la tendencia de sus descendientes los abelisaúridos. De todos modos, como el mundo de la paleontología es un caos cambiante, parece que este grupo está en desuso en favor de otras clasificaciones alternativas con las cuales aún no estoy al día. 

Ceratosaurus. Las formas de los abelisaúridos se pueden ya adivinar en él. Fuente: http://ceratosaurus.turbosquid.com/3d-Models/3ds/max/xsi/c4d/obj



Bibliografía:

Enciclopedia Ilustrada de los Dinosaurios y otros Animales Prehistóricos. Dougal Dixon, Ediciones Omega.

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