domingo, 31 de mayo de 2015

Capítulo XXXV: Parque Cretácico. Segunda Parte.




Capítulo XXXV

Parque Cretácico. 


Segunda Parte:

Monstruos.


 Saludos, gentiles lectores. Bienvenidos a la segunda parte de un alocado viaje que transcurre hace 145-65 millones de años en el periodo Cretácico, la edad de oro de los dinosaurios (y el último de los tres periodos geológicos en los cuales estos animales "dominaron la tierra"). Como sé que los simples datos nunca son suficiente para visualizar escalas de tiempo en las cuales los millones de años se nos suben a la cabeza, me repetiré como el chorizo y aportaré una vez más la habitual tabla cronológica.


EónEraPeríodoÉpocaMillones de años
Fanerozoico
(hay tres eones anteriores, el Hadéico, el Arcaico, y el Proterozoico, abarcando cosa así de unos 4.000 millones de años entre ellos).
Cenozoico 

(la así llamada "era de los mamíferos")
CuaternarioHoloceno (AHORA)0,011784
Pleistoceno2,588
NeógenoPlioceno5,332
Mioceno23,03
PaleógenoOligoceno33,9 ±0,1
Eoceno55,8 ±0,2
Paleoceno65,5 ±0,3
Mesozoico
(la así llamada "era de los dinosaurios")
< Cretácico >145,5 ±4,0
Jurásico: Los dinosaurios se diversifican con rapidez. Otros grandes reptiles pueblan la Tierra, ictiosaurios y plesiosaurios en el mar y pterosaurios en el aire. Aparecen las primeras aves a partir de pequeños dinosaurios carnívoros. Evolucionan los primeros mamíferos verdaderos a partir de sus antecesores, los reptiles mamiferoides, quienes se extinguen. El supercontinente Pangea comienza su fragmentación.199,6 ±0,6
Triásico: Los reptiles mamiferoides logran recuperarse tras el duro golpe sufrido, pero finalmente terminan retrocediendo posiciones frente a otras criaturas como los reptiles diápsidos. El final del periodo se salda con una extinción masiva que pone fin a los reptiles mamiferoides; solo sus descendientes mamíferos sobrevivirán. Poco antes un grupo de diápsidos había dado lugar a las primeras formas de dinosaurios. Otros grupos de diápsidos se adaptan a la vida en el mar y en el aire. En los océanos, salvo por los reptiles gigantes y los amonites con sus conchas espirales, la vida adopta un aspecto moderno.251,0 ±0,4
Paleozoico (literalmente, "vida antigua", mientras que las dos siguientes eras serán "vida media", mesozoico y "vida nueva", cenozoico).Pérmico: Se ensambla el supercontinente Pangea, apogeo de los reptiles mamiferoides, clima árido, el periodo termina con una extinción masiva que elimina al 90% de las especies de animales y a la mitad de las vegetales.299,0 ±0,8
CarboníferoColonización activa del medio terrestre, frondosas selvas pobladas con insectos y anfibios gigantes gracias a una concentración muy elevada de oxígeno en la atmósfera.Pensilvaniense318,1 ±1,3
Misisipiense359,2 ±2,5
Devónico: Era de los peces, escorpiones marinos gigantes, primeros anfibios. Revolución en el Reino Vegetal: Aparecen las primeras plantas vasculares; al final del periodo ya hay árboles con corteza y semilla, que forman los primeros bosques y selvas.416.0 ±2,8
Silúrico: Primeros insectos y plantas terrestres. 443,7 ±1,5
OrdovícicoPrimeros peces aún muy primitivos, grandes moluscos acorazados dominan el mar.488,3 ±1,7
Cámbrico"Explosión Cámbrica", gran radiación de la vida pluricelular compleja. Aparecen todos los filos del Reino Animal y también otras extrañas y misteriosas líneas evolutivas que no llevarán a ningún sitio.542



 Ya que nos hemos hecho con una noción de "cuando" estamos, veamos ahora que podemos decir sobre los más increíbles animales que vivieron en esta época y que son hoy nuestro objetivo: los dinosaurios. En el capítulo anterior hablé acerca de los saurópodos, gigantes de largos cuellos y colas que ya eran un linaje viejo por aquella época y que poco a poco iba cediendo el paso a dinosaurios herbívoros más avanzados y eficaces (de los que hablaré cuando llegue el momento, paciencia). 

 ArgentinosaurusEl nombre deja bien claro donde fue descubierto. Con 30 metros de largo y 60 toneladas de peso, compite por ser el animal terrestre más grande que jamás haya pisado la tierra, acercándose a los límites biológicos. Como prueba solo es necesario observar a los diminutos turistas que pasean entre sus patas. Pertenece al grupo "Titanosauria", que representa a los últimos saurópodos que prosperaron durante el Cretácico. Sus finos dientes solo le servían para cortar la vegetación que luego engullía entera confiando en su poderoso estómago. 
Fuente: 
http://www.uni-mainz.de/presse/16974_ENG_HTML.php  photo/©: Eva Maria Griebeler

 Así mismo dediqué algunas líneas a un peculiar grupo de terópodos (dinosaurios carnívoros): los abelisaúridos. También llamados dinosaurios de rostro arrugado, estos monstruos de lomos poblados por pequeñas espinas, pieles acorazadas, brazos minúsculos, poderosas piernas y cabezas achatadas  (y a veces con cuernos), fueron los súperdepredadores dominantes en casi todas las zonas australes del planeta, tal como Sudamérica, el sur de África, la India o Madagascar. 

 Skorpiovenator patrulla su territorio de caza. Se trata de un abelisaúrido típico, con su hocico achatado, sus brazos minúsculos, su piel acorazada y sus largas patas. Solo le faltan los cuernos, que eran frecuentes en el grupo. Su nombre significa "cazador escorpión", en alusión que a la zona de Argentina en la cual se desenterraron sus restos fósiles estaba plagada de escorpiones (véase nota 1). 
Fuente: http://www.dicyt.com/viewItem.php?itemId=33046 Ilustración de Miguel Ángel Amorín Fernández.


 Sin embargo en el hemisferio norte se desarrollaron otro grupo alternativo y mucho más exitoso de terópodos, los tetanuros. Su característica principal era la de poseer colas con una estructura rígida. A nosotros, como legos en la materia que somos, esto puede parecernos una tontería, pero las colas rígidas actúan como contrapeso de un modo mucho más eficaz que las colas flexibles de los abelisaúridos (sé que he dejado el chiste a huevo, lo sé), y es un rasgo tan marcado que sirve para identificar de raíz a todos los tetanuros. No obstante esta fue su única característica compartida, pues los tetanuros estallaron en una arrolladora diversidad de formas, tamaños y adaptaciones que sin duda dejarán ojiplático incluso al lector más desapasionado. Este largo capítulo versa enteramente sobre ellos y en él he decidido poner toda la carne en el asador, aunque seré un poco artero y me dejaré lo mejor para el final como deben de hacer los buenos contadores de historias.




 Empezamos, o mejor dicho continuamos nuestra historia en un planeta un poco diferente del nuestro. Como se puede observar en el mapa, ya se intuyen claramente los modernos continentes (formados tras la ruptura de Pangea, véase nota 2). 

 Los tetanuros prosperarán principalmente en las masas de tierra de Norteamérica, en las islas de lo que un día será Europa, en el troceado norte de África y en Asia. A continuación aporto una serie de esquemas que ayudarán al lector a navegar entre los distintos tipos de dinosaurios que vamos a ir visitando.


 Clasificación de los Terópodos (Theropoda), que engloba a todos los dinosaurios carnívoros y comparte rama principal (Saurischia) con los dinosaurios herbívoros de cuello largo (Sauropodomorpha). A lo largo de este capítulo nos centraremos principalmente en el grupo "Coelurosauria" (arriba a la derecha), así que adjunto a continuación otro esquema en el cual se los detalla con más precisión. A pesar de que todos los nombres están en latín, creo que a la hora de consultarlos se corresponden bien con las versiones en castellano que suelo utilizar.  Aconsejo al lector que regrese a este gráfico cada vez que se sienta perdido. Fuente: http://www.geol.umd.edu/~tholtz/G104/10422ther.htm
 Clasificación de Coelurosauria, el más exitoso de los grupos de terópodos tetanuros (Tetanurae en el esquema anterior). Más adelante deberemos de "hacer zoom" en el grupo "Maniraptora", con lo cual será necesario aportar otro esquema, pero de momento este debería de dar al lector una visión general acerca de lo que vamos a ir descubriendo. Fuente: http://www.geol.umd.edu/~tholtz/G104/10423coel.htm






 Cada uno de estos dinosaurios carnívoros se especializó totalmente en un tipo de hábitat y en un concreto tipo de presa o alimento. De todos ellos quizá los tetanuros más aterradores sean aquellos que evolucionaron para depredar a los enormes saurópodos (esos titanes herbívoros de largos cuellos). Este tipo de depredadores gigantes comprenden el grupo de los carnosaurios, que empezaron a destacar ya en el periodo anterior y que se caracterizan en general por poseer cráneos enormes, ojos grandes y fémures más largos que las tibias.  Estos animales simplemente se convirtieron en grandes y pesados monstruos de pesadilla, con descomunales cabezas provistas de unas terribles mandíbulas pobladas de dientes aserrados cuya misión exclusiva era matar y despedazar. De haberse encontrado con cualquiera de nosotros podrían habernos devorado de un solo bocado. Debido a su tamaño no podían ser muy rápidos, pero en verdad no lo necesitaban, pues sus presas tampoco lo eran. El más grande de todos ellos fue Giganotosaurus, que podemos imaginar cazando a los saurópodos de desproporcionadas dimensiones que convivieron con él en Sudamérica (como Argentinosaurus, cuyo esqueleto vimos antes).  


Giganotosaurus carolinii. Hasta 15 metros de largo y 8 toneladas de peso, ni los más grandes saurópodos estaban libres de él. Hasta ahora es el depredador terrestre más grande que hemos descubierto y es difícil creer que algún día encontremos algo incluso mayor


Esqueleto de Gigatonosaurus carolinii. Este es el nivel en el que se jugaba en el Cretácico.
"Giganotosaurus AustMus email". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Giganotosaurus_AustMus_email.jpg#/media/File:Giganotosaurus_AustMus_email.jpg

 En el norte de África se repitió el mismo esquema: había saurópodos gigantes y alguien debía de cazarlos, así que evolucionó en paralelo otro titánico carnosaurio, el Carcharodontosurus.  


 Carcharodontosaurus saharicus acecha a un grupo de saurópodos. Su nombre proviene del hecho de que el primer diente que se descubrió de él, en el desierto del Sahara, fue confundido al principio con el diente de un tiburón gigante. Cuando se halló el resto de su esqueleto los especialistas pudieron anotar otro terrible monstruo a su lista. Con 14 metros de largo, este animal fue el superdepredador del norte de África hace unos 100 millones de años. 
Fuente: http://www.bbc.co.uk/nature/life/Carcharodontosaurus



 Diente de Carcharodontosaurus. Puede apreciarse el borde serrado, cuya finalidad era desgarrar carne.
Fuente: «Carcharodontosaurus tooth» de Brocken Inaglory - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carcharodontosaurus_tooth.jpg#/media/File:Carcharodontosaurus_tooth.jpg

   Sorprendentemente los mastodónticos carnosaurios no serían los únicos depredadores de tamaño colosal en cazar a lo largo de sus dominios. Existió otro grupo, el de los espinosáuridos (literalmente lagartos espinosos), cuyo descubrimiento dejó a los especialistas como si les hubieran golpeado con un mazo en la cabeza. Estos monstruos no se parecían a nada que se hubiera visto o siquiera imaginado antes. Sus proporciones eran inmensas, al mismo nivel que los carnosaurios, sin embargo ahí terminan las semejanzas. Sus brazos eran grandes y poderosos, armados con largas y afiladas garras; sus cabezas se estiraban hacia delante, con mandíbulas parecidas a las de un cocodrilo, y por si no fuera suficiente con eso algunos de ellos contaban con unas larguísimas espinas dorsales sobre el lomo, que probablemente sostendrían una vela de piel. El mayor y más famoso de todos los espinosáuridos (y que da nombre al grupo), no es otro que Spinosaurus, que se hizo famoso para el público gracias a la infame película de Parque Jurásico III.   


Spinosaurus aegiptyacus. Como el nombre de la especie indica, se lo descubrió por vez primera en Egipto, aunque luego aparecieron más restos en Marruecos. Este monstruo pudo llegar a medir hasta 15 metros; solo las espinas dorsales ya alcanzaban los 2 metros de altura. La vela que probablemente sujetaban las espinas debía de cumplir una función termo-reguladora. Este ser convivió con el carnosaurio Carcharadontosaurus, siendo incluso más grande que él, sin embargo no compitieron por el alimento, pues Spinosaurus estaba especializado en la captura de peces y otras escurridizas criaturas propias de los ríos, como se puede deducir de su peculiar mandíbula.
Fuente: http://www.arcadiastreet.com/cgvistas/earth/03_mesozoic/earth_03_mesozoic_3500b.htm


Reconstrucción del esqueleto de un Spinosaurus. Fuente: http://theropods.wikia.com/wiki/File:Spinosaurus_skeleton.jpg


    La única explicación posible para la extraña anatomía de estos seres solo puede ser la siguiente: estaban dedicados en cuerpo y alma a pescar en los ríos. No es broma; sus mandíbulas parecen constituir un cepo perfecto para atrapar peces y sus garras podían funcionar o bien para defenderse o bien como arpón. En el sur de Inglaterra se desenterró otro espécimen único de este grupo, Baryonyx, alias garra pesada. Efectivamente este dinosaurio contaba con una enorme garra en cada una de sus manos. Probablemente las condiciones meteorológicas del lugar no fueran tan rigurosas como las del norte de África, pues Baryonyx no disponía de ninguna espectacular vela dorsal para regular su temperatura (véase nota 3), pero el resto de su anatomía, especialmente la mandíbula, era prácticamente igual a la de Spinosaurus a pesar de vivir a una gran distancia de este. 


 Esqueleto de Baryonyx en el Museo de Historia Natural de Londres. Este espinosáurido medía cosa así de unos 10 metros de largo. La enorme y pesada garra que le da nombre podía alcanzar los 35 centímetros. 
 Fotografía del autor.

  Sin embargo sigue presente una pregunta crucial... ¿Y porqué tan grandes? ¿Cuantos peces eran necesarios para alimentar a una bestia semejante? Por intentar aclarar este "espinoso" asunto mencionaré el caso de otro espinosáurido descubierto en Brasil, de nombre Irritator (toda una historia, véase nota 4), y cuyo cráneo fue descubierto incrustado en la columna vertebral de un pterosaurio (un reptil volador), lo cual indica que estos dinosaurios no solo se alimentaban de peces sino de cualquier cosa que hubiera cerca, aunque en el caso del ejemplar de Irritator nunca pudo llegar a disfrutar de su cena. Es posible que su enorme tamaño les ayudase a robar presas a otros depredadores y que se alimentasen también de carroña, pero lo que está claro es que sus mandíbulas no eran adecuadas para cazar presas terrestres grandes y de alguna manera tenían que alimentar sus gigantescos cuerpos.

   Sin embargo los toscos y mastodónticos carnosaurios y los extravagantes espinosáuridos tenían los días contados. Los primeros, dedicados en exclusiva a la caza de saurópodos gigantes, empezaron desaparecer en la medida en que sus colosales víctimas se extinguían debido a la competencia con otros herbívoros más pequeños y eficaces. Los segundos tenían un nicho ecológico demasiado especializado y era difícil que pudieran mantener mucho tiempo el equilibrio sobre él. Todos estos carnívoros se extinguieron hacia el final del Cretácico, siendo sustituidos por otro tipo diferente de superdepredador, los tiranosáuridos

  Paradójicamente los antepasados de los tiranosáuridos (los tiranosauroides para más señas), empezaron siendo depredadores pequeños. Un ejemplo de ello lo encontramos en Guanlong, un dinosaurio emplumado descubierto en China:


 Guanlong. Su nombre en chino significa "dragón de cinco colores", debido a las rocas multicolores en las cuales se le encontró. Con 3 metros de longitud, una extraña cresta en la cabeza y cubierto de plumas, nadie diría que su linaje algún día engendraría a monstruos tales como el Tiranosaurus Rex. Si bien las plumas no fueron halladas entre los restos de Guanlong, si lo fueron en los de Dilong ("dragón emperador"), un pariente cercano muy similar a él aunque sin cresta. Las plumas solo se conservan en muy raras ocasiones, y cuando se encuentran en un género se presupone que también contaban con ellas todos aquellos estrechamente relacionados con él.
 Fuente: http://www.jurassicworldnews.com/community/forums/topic/25139


 Dilong, cuyas plumas fosilizadas junto a sus huesos sorprendieron sobremanera a los investigadores, quienes no contaban con que los antepasados de los tiranosáuridos fueran criaturas emplumadas (aunque sus plumas no se parecían a las de las aves modernas y no servían para volar). No obstante, en la medida en que su rama evolutiva estuvo más cerca de los antepasados de las aves que los carnosaurios, tampoco debe de sorprendernos este hecho. Dilong tan solo medía 2 metros de longitud. Copyright © 2002-2015 Kitakyushu Museum of Natural History & Human History. ALL Rights Reserved.

 Pronto alguno de estos animales empezaron a dedicarse a perseguir presas cada vez más mayores, dando lugar a los propios tiranosáuridos, que sin embargo tampoco comenzaron siendo tan enormes como los primitivos carnosaurios. Nanotyrannus es un caso típico de tiranosáurido de modesto tamaño.


Nanotyrannus, con solo 5 metros de largo,  debía de ser mucho más ágil que sus primos más grandes. Generalmente se piensa que al ir alcanzando mayores tamaños los tiranosáuridos perdieron sus plumas. Se han descubierto restos de piel de tiranosáuridos grandes con escamas, aunque esto no es concluyente y la presencia o no de plumas podía variar según la especie o las condiciones climáticas a las que estaba sometida. En la imagen el autor ha decidido mostrar a Nanotyrannus totalmente desplumado.


Nannotyranus parece la copia en pequeño de un Tiranosaurus Rex, tanto es así que al principio se pensó erróneamente que era un ejemplar juvenil de dicha especie. 


 Pero sí, así fue, los tiranosauridos finalmente aumentaron significativamente sus tamaños y sustituyeron gradualmente a los carnosaurios como superdepredadores a lo largo del hemisferio norte del planeta (en el sur los abelisáuridos resistieron). Pocos grupos de carnívoros han tenido tanto éxito en la historia de la vida. Hubo muchos géneros distintos, pero solo uno es mundialmente conocido gracias a todas las películas, novelas y videojuegos que ha protagonizado: el Tiranosaurus Rex. Si bien como hemos visto no fue el mayor carnívoro que haya existido sobre la tierra, se trató del máximo exponente de su grupo y su descubrimiento impresionó profundamente a los expertos (recordemos que tuvo lugar en una época en la que aún no se habían hallado depredadores aún mayores como Giganotosaurus). Tiranosaurus Rex vivió en la "isla oeste" de la antigua Norteamérica (véase el mapa), aunque tuvo un pariente casi idéntico en Asia que fue identificado como un género distinto bajo el nombre de Tarbosaurus


Tiranosaurus Rex revivido mediante ingeniería genética. Como puede verse nunca es bueno hacer esto si no se toman antes las medidas de seguridad adecuadas. Fotograma de la película Parque Jurásico.


 Esqueleto de Tiranosaurus Rex se alza en el recibidor del Museo de Historia Natural de Chicago. Fotografía del autor.




 Galería de tiranosaúridos. Las proporciones están a escala. Todos ellos comparten características comunes como la enorme cabeza, las largas patas y los brazos diminutos. "Tyrannosauridae" by User:Mariomassone - File:Albertosaurus Clean.pngFile:FMNH Daspletosaurus White Background.jpgFile:Drumheller 150.jpgFile:Yamanashigakuin elementary school Tarbosaurus.JPGFile:T-Rex.jpg. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tyrannosauridae.jpg#/media/File:Tyrannosauridae.jpg

 

 Curiosamente por aquella época hubo otro grupo (perteneciente a Maniraptora, véase esquema) que siguió justamente el camino contrario: empezar como grandes depredadores e ir disminuyendo en tamaño para centrarse en presas más pequeñas y escurridizas. Si hablo de los "deinonicosaurios" es probable que los lectores se queden con cara de póquer y piensen que tal vez ya sea hora de dejar de leer tantas cosas extrañas. Pero... ¿y si les hablo de los Velociraptores de Parque Jurásico? Ahí la cosa cambia ¿eh? Bueno, pues el grupo al que pertenecen (ese de nombre impronunciable) empezó su andanza con Utharaptor, un monstruo emplumado de 7 metros de largo, casi 3 de alto y media tonelada de peso. Dado su tamaño no podía ser demasiado veloz, pero contaba en sus pies con una garra asesina en forma de guadaña, cuyos tajos garantizaban una herida mortal. Es probable que tendiera emboscadas, infringiera cortes fatales en el cuerpo de sus presas y luego simplemente esperara a que estas se desangraran. Las plumas le relacionan, junto a todos los tetanuros, con el linaje de las aves, aunque en él no servían ni remotamente para volar, sino para regular la temperatura corporal o exhibirse.


Utharaptor, con 7 metros de longitud no era una amenaza precisamente pequeña. Agradezcamos que estas criaturas asesinas no sigan entre nosotros. Fuente: http://dinosaurios.org/utahraptor/
 
 Réplica de los huesos del pie de Utharaptor. Cuando el animal pisaba el suelo unos músculos especiales mantenían la garra elevada para que su filo no se desgastase. 


Fuente: «Utahraptor ostrommaysorum» de Ghedoghedo - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Utahraptor_ostrommaysorum.JPG#/media/File:Utahraptor_ostrommaysorum.JPG

  
 Desgraciadamente debo de desengañar al lector, los Velociraptores de las películas son una mentira. Hubo un dinosaurio más o menos parecido, y de hecho es el que da nombre a todo el grupo, aunque hay que reconocer que dicho nombre es una palabreja mucho menos comercial: Deinonychus (se pronuncia "deinónicus" y en latín significa "garra terrible"). Estamos ante otro demonio emplumado de dos a tres metros de longitud y con una altura que le hubiera permitido mirarnos directamente a los ojos antes de matarnos. 


Grupo de Deinonychus ataca a un Tenontosaurus, un enorme herbívoro ornitisquio. Esta representación es mucho más que una simple fantasía del artista, pues depredador y presa no solo compartieron lugar y época (la Norteamérica de mediados del Cretácico) sino que además se han descubierto los restos de un grupo de Deinonychus asociados a un esqueleto de Tenontosaurus que mostraba claros indicios de haber sido cazado y devorado por ellos. Algún tipo de catástrofe repentina debió de matar a la batida de cazadores mientras se alimentaban, dejando preservada la escena para nosotros. 

 Pero... ¿Es que no hubo ningún dinosaurio llamado Velociraptor? Lo cierto es que sí que lo hubo, aunque de nuevo no creo que sea lo que el lector espera, pues hablamos de un animal del tamaño aproximado de un pavo, con una alzada de poco más de medio metro, una longitud de dos y un peso estimado de alrededor de 15 kilos. Era el peso pluma de este tipo de dinosaurios, nunca mejor dicho.


 Los Velociraptores no les pusieron las cosas fáciles a nuestros antepasados. Fuente: http://dinopedia.wikia.com/wiki/Velociraptor


 Pero ser pequeño no le impedía ser un cazador fiero y letal. Velociraptor se hizo famoso mucho antes de cualquier película gracias a un alucinante fósil en el cual aparecía enzarzado en singular combate con una de sus presas más habituales, Protoceratops, un pequeño herbívoro con la cabeza protegida mediante una suerte de "escudo" oseo. Algunos especialistas piensan que sencillamente se mataron uno al otro. Según esto, el Velociraptor habría destripado al Protoceratops con las afiladas hoces de sus pies pero habría muerto en el proceso cuando su supuesta víctima le hubiera pateado y aplastado la caja torácica tras haberle apresado un brazo con un triturador mordisco. Otra teoría defiende que ambos perecieron súbitamente en mitad de la sangrienta lucha al ser enterrados vivos por una tormenta de arena. La verdad nunca la sabremos. Las dos especies habitaban en la actual Mongolia, que ya por entonces era en gran parte desértica, y no sería el primer caso de dinosaurios sepultados por este tipo de catástrofes naturales, como se verá más adelante y además en el mismo lugar. Sea como sea, el fiero combate quedó congelado para la posteridad.


 Protoceratops a la izquierda y Velociraptor a la derecha. Nótese como el primero le muerde el brazo al otro, que responde coceando su tripa con las garras en forma de hoz de sus pies. Esta lucha a muerte nunca llegó a tener ganador.



Representación artística de la despiadada lucha, poco antes de quedar ambos animales sepultados en la arena. Fuente: http://japa2.cgsociety.org/art/dinosaur-lightwave-3d-velociraptor-protoceratops-vs-973570


 Para terminar con los deinonicosaurios, nos despediremos visitando a Trodoon, un primo de Velociraptor que siguió también el camino de hacerse pequeño y ágil pero que además aumentó espectacularmente el tamaño de su cerebro hasta el punto de ser considerado como uno de los más inteligente de todos los dinosaurios, con una astucia similar a la de las más avispadas aves modernas. Poseedor además de unos grandes ojos, es muy posible que viviera y cazara de noche. En 1959 en el estado de Montana (EE.UU.) 
se llevó a cabo uno de los descubrimientos más increíbles de la historia de la paleontología. Los investigadores hallaron un montículo que contenía diferentes nidadas con un total de 56 huevos. Junto a los huevos había restos de un pequeño dinosaurio herbívoro, Orodromeus, con lo cual se pensó que todos ellos eran de su especie. Sin embargo cuando se estudió el interior de los huevos cual sería la sorpresa de los paleontólogos al hallar diminutos embriones de Troodon. Reconstruyendo el escenario todo apunta a que estos animales criaban en grupo y sus nidadas ocupaban una isla en mitad de lo que por entonces era un río alcalino, un sitio estratégico a prueba de otros depredadores. Los restos de Orodromeus habrían sido cazados y llevados como alimento para las crías que iban naciendo. Actualmente al yacimiento se lo denomina la "Montaña de los Huevos" y ha alcanzado una notable fama. 



Trodoon rodeado de sus crías, a las que alimentaba y protegía en las primeras fases de su vida. Aunque no se aprecie en la imagen, estos dinosaurios también disponían de la famosa garra curva en sus pies. Algunos de estos animales vivieron aislados en la zona de Alaska y desarrollaron tamaños algo más grandes de los habituales para el género (unos dos metros de largo), convirtiéndose en los superdepredadores de esos fríos territorios. Por cierto, habitualmente en las ilustraciones acerca de la vida prehistórica se muestra una gran luna, resultando que nuestro satélite estaba realmente más cerca en épocas remotas y poco a poco se ha ido alejando de la Tierra; de hecho algún lejano día llegaremos a perderlo de vista.
Fuente: http://dinosaurios.org/troodon/

 El paleontólogo Dale Russel hizo famoso a Troodon al comentar atrevidamente que, de haber continuado por la misma línea evolutiva durante algunos millones de años más, estos dinosaurios quizá podrían haber terminado dando lugar a seres con una inteligencia similar a la nuestra (por favor, no deje el lector de ver la nota nº 5). Creo que esto es decir mucho, pero es una magnífica muestra de la admiración que este dinosaurio provocó entre los paleontólogos que lo estudiaron.


 Todos los deinonicosaurios, Troodon y Velociraptor incluidos, pertenecen a un grupo mucho más amplio llamado "Maniraptora" ("manos de ladrón"), grupo del cual hoy en día solo sobreviven las aves. Los miembros de esta familia se caracterizan por tener un tipo especial de mano, rasgo que comparten todos y cada uno de ellos (incluso aquellos que no parecen de este mundo, pero mejor no adelantemos acontecimientos). Solo para saber de qué estamos hablando, aporto una imagen de estas peculiares manos de ladrón. 




Manos de miembros de Maniraptora, a la izquierda mano de Deinonychus (recuérdenlo de unos cuantos párrafos y fotos atrás), a la derecha mano de Archaepteryx (un ave primitiva). 
Fuente: «Archaeo-deinony hands» de John.Conway[1] - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Archaeo-deinony_hands.svg#/media/File:Archaeo-deinony_hands.svg
  
 Como comentaba, Maniraptora es el grupo de dinosaurios dentro cual evolucionaron las aves modernas, concretamente a partir de una subdivisión del mismo conocida como "Eumaniraptora" (auténticas manos de ladrón). Antes de proseguir creo que será mejor que le echemos un vistazo más detenido a esta clasificación. Si quieren ubicar a Velociraptor en él deben de hacerlo en la rama "Dromaeosauridae", Troodon por su parte no tiene pérdida.


Eumaniraptora, el único grupo de dinosaurios que sobrevivió parcialmente a la extinción y continua entre nosotros.



 Los alvarezsaúridos (Alvarezsauridae) son casi aves, aunque no lleguen a pertenecer a Eumaniraptora, y su extraño carácter híbrido les hace merecer una mención a parte. Quizá su característica más extraña sea la de tener un único dedo con garra en cada mano...


Alvarezsaurus. Puede que incluso tuviera algún tipo de alas atrofiadas, aunque a juzgar de los restos encontrados es dificil saberlo.   Fuente: http://prehlife.weebly.com/masato-hattori.html

 Pero dejemos a un lado este desvarío de la naturaleza y volvamos a Eumaniraptora. Según nos acercamos a las aves modernas ocurre algo extraño con la evolución; la frontera entre dinosaurios y aves de repente se desdibuja y encontramos muchos animales desconcertantes, que parecen aves pero no se corresponden con ningún grupo que hoy conozcamos. Parece ser que en esa época la evolución jugó una delirante partida de cartas, dando pie a muchas líneas evolutivas laterales de las cuales solo algunas pocas llegarían a tener éxito. 

 Hay un lugar en China, a pocos kilómetros al noroeste de Pekín, llamado Liaoning. Allí hubo hace mucho tiempo un lago sobre el cual murieron múltiples animales que fueron quedando sepultados en el limo y fosilizándose hasta el más mínimo detalle en espera de que llegáramos nosotros y los descubriéramos. Entre esos animales había un sinfín de tipos distintos de aves arcaicas que aún hoy desafían nuestros intentos para clasificarlas. Muchas parecen perfectamente capaces de volar, pero aún tienen dientes y garras como los dinosaurios. 


 Sinornis, un ave arcaica. Podía volar sin problemas y su cola de plumas y sus patas eran muy similares a las de las aves modernas, aunque aún conservaba dientes y garras dinosaurianas.
 Fuente: http://australianmuseum.net.au/image/sinornis


 Confuciusornis. Fue la primera ave descubierta que desarrolló un pico sin dientes, pero seguía teniendo garras en las alas. Se han encontrado una gran abundancia de fósiles suyos, lo cual indica que era tan común como los modernos gorriones. Los detalles del animal se han conservado con un primor asombroso.


"Confuciusornis male" by Tommy from Arad - ConfuciusornisUploaded by FunkMonk. Licensed under CC BY 2.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Confuciusornis_male.jpg#/media/File:Confuciusornis_male.jpg



 Recreación artística de Confuciosornis. Obsérvese que aún tiene garras en las alas. Sus largas plumas de la cola debían de ayudarle a encontrar pareja; el mundo del flirteo nunca ha sido sencillo.



 Tal abundancia de especies distintas de aves se han descubierto en Lianoning que aún se discute si el lugar contaba con un micro-clima especialmente apto para ellas o si en realidad esta era la tónica general a lo largo y ancho de la Tierra pero solo allí fosilizaron masivamente gracias a las condiciones adecuadas del entorno. 

 Sea como sea, lo cierto es que hacia finales del Cretácico las aves empezaron poco a poco a ser
Pterosaurio.
comunes en todo el planeta, desplazando a los reptiles voladores (los pterosaurios) y llevándoles cerca de la extinción. No eran aún aves modernas, pero ocuparon una serie de nichos ecológicos que hoy en día reconoceríamos sin problemas.... como el de los pingüinos. Sirva como ejemplo Hesperornis. 



Hesperornis. A diferencia de los actuales pingüinos tenía un pico serrado de dientes. Fuente: http://oceansofkansas.com/hesperornis.html

 Si hubo pingüinos alternativos, desde luego que también hubo gaviotas alternativas. Ichthyornis podría haber sido confundida con un ave marina moderna, pero al acercarnos su desproporcionaba cabeza y sus mandíbulas reptilianas pobladas de dientes nos habrían convencido de lo contrario, e incluso creo que nos habrían asustado un poco. 


Ichthyornis.
 Fuente: http://anto009.deviantart.com/art/Ichthyornis-328855938


 Cuando investigamos la evolución de la vida, en muchas ocasiones parece como si esta jugara con nosotros. Para que el lector entienda de lo que hablo le contaré que hubo otro grupo de dinosaurios tetanutos (celurosaurios para más detalles) que no estaban en absoluto emparentados con las aves pero que desarrollaron un estilo de vida tan similar al de las modernas avestruces que directamente fueron llamados ornitomimosaurios, que en cristiano significa "imitadores de aves". Eran seres que rondaban los 3-6 metros de longitud, con cabezas pequeñas, cuellos largos y poderosas patas traseras destinadas únicamente a una misión: correr. Y viendo como estaban las cosas por aquel entonces, desde luego que no era ninguna mala idea. 


Ornithomimus, género que da nombre al grupo, protegiendo a una de sus crías. Esta peculiar criatura medía casi 5 metros de largo.




 Resulta especialmente desconcertante que tuvieran un pico sin dientes, exactamente igual que las avestruces modernas, así pues... ¿qué comían? Esta pregunta ha provocado violentas batallas entre los académicos, que combaten en sus aulas y laboratorios dividiéndose entre los que opinan "comían de todo, incluso frutos y vegetales", y los que responden acaloradamente "no, no, son terópodos, no podía comer plantas, solo insectos y pequeños animales". Mi opinión personal es que estos dinosaurios se alimentaban de cualquier cosa que encontrasen (las actuales avestruces son omnívoras después de todo), y si siguen leyendo un poco más pronto descubrirán hasta que punto se debe de abrir la mente cuando se habla de dinosaurios.

 Si el lector está cansado y empieza a plantearse que después de todo este capítulo no va a terminar nunca y que seguirán apareciendo más y más animales hasta el infinito, con lo cual es mejor dejarlo ahora que está a tiempo, le digo simplemente dos cosas: primero, ya queda poco; segundo, lo que queda es absolutamente increíble. Si deja de leer, hágalo bajo su entera responsabilidad.

 Hasta ahora hemos visitado a dinosaurios carnívoros y aves que caben dentro de lo que supongo que el lector podría más o menos esperarse, sin embargo es momento ya de dejar atrás lo conocido y entrar de lleno en el mundo de lo insólito, incluso de lo delirante. Y para empezar ni siquiera tenemos que dejar a la simpática familia de los ornitomimosaurios, esos curiosos dinosaurios-avestruz. En 1970 se realizó en Mongolia uno de esos hallazgos que directamente suponen una patada en la boca para los científicos. Se descubrieron los fósiles de unas extremidades delanteras rematadas en unas terribles garras. Estudiando los huesos no cabía duda posible, a pesar de las largas garras eran definitivamente brazos de ornitomimosaurio. ¿Donde estaba entonces el problema? Pues en que cada uno de los mencionados brazos medía... ¡dos metros y medio de largo! Cada garra era un arma mortal de 25 cm, el tamaño de una daga grande, debido a lo cual se llamó al aberrante espécimen Deinocherius, "mano terrible". 
Brazos fósiles de Deinocheirus
tratando de apresar a un señor.
Fuente: http://expeditionlive.org/tag/turkey/
Cuando se intentó reconstruir el tamaño del animal comparándolo con otros miembros de su mismo grupo los resultados perturbaron a los científicos: se estaba hablando de un dinosaurio-avestruz del tamaño de un Tiranosaurus Rex, y eso como mínimo. Cómo y porqué pudo existir algo así, y más con unas garras capaces de partirnos por la mitad de un tajo, es algo que aún se nos escapa. En 2014 se descubrieron fósiles un poco más completos de Deinocheirus que no hicieron sino agrandar aún más el misterio. Este quimérico dinosaurio había estado cubierto de plumas, contando además con unas largas espinas en la espalda que bien pudieron sostener alguna especie de vela o joroba. Sus patas de atrás eran más cortas y terminaban en pezuñas romas. En cuanto al cráneo, era largo, de un metro de longitud, y terminaba en un pico extrañamente ancho. Como regalo especial, los fósiles de Deinocheirus mostraban restos de mordiscos de Tarbosaurus, la versión asiática del Tiranosaurus Rex, mostrando que ambos titanes habían sido cazador y presa. Podemos imaginar la desproporcionada violencia que se desplegaría cuando estos monstruos trabaran combate: las garras asesinas de uno frente a las terribles mandíbulas del otro.





 Con 11 metros de longitud y sus extrañas características, Deinocheirus echa por tierra todo lo que creíamos saber sobre los dinosaurios. Esta reconstrucción solo ha sido posible después de que en 2014 se arrojase luz sobre un misterio que había durado más de 30 años y que al final resultó ser más alucinante de lo que nadie hubiera podido pensar. Con toda seguridad los grandes brazos y garras le servirían para defenderse y desenterrar alimentos del suelo. Debió de ser omnívoro, algo así como los modernos osos.
 Fuente: http://www.deviantart.com/art/Deinocheirus-523143889


Deinocheirus (izquierda) vrs Tarbosaurus (derecha). ¿Por cual hubieran apostado?
Fuente: http://paleoguy.deviantart.com/art/Deinocheirus-Tarbosaurus-526542497


 Pero a la naturaleza aún no se le habían acabado las ganas de bromear con nosotros, pues resulta que este mismo diseño se repitió en otra familia de dinosaurios totalmente inesperada: Maniraptora. Recordemos que este es el grupo al que perteneció Velociraptor y desde el cual evolucionaron las aves. Bien, pues las "manos de ladrón" también llegaron a servir como "manos de trocear a sus víctimas en delgados filetes". Los siguientes brazos que van a ver formaron parte del cuerpo de Therizinosaurus, un manirraptor del que recientemente hemos conseguido hallar varios esqueletos muy completos. 


 Brazos de Therizinosaurus.  3,5 metros. Hace muchos años tuve la suerte de contemplar unos en un museo, no conservo ninguna foto, pero le aseguro al lector que han sido una de las cosas que más me han impresionado en la vida.
Fuente: "Therizinosaurus arms" by Yuya Tamai from Gifu, Japan - 2014-03-25 12.46.44. Licensed under CC BY 2.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Therizinosaurus_arms.jpg#/media/File:Therizinosaurus_arms.jpg


Garras de Therizinosaurus, al más puro estilo Lobezno. 70 cm. Es probable que en vida del animal estuvieran recubiertas por un estuche córneo y fueran aún más largas. Fuente incierta.


  Aquí nos superamos: brazos de 3,5 metros y garras de hasta 70 centímetros. No en vano Therizinosaurus significa "lagarto guadaña". Curiosamente vivió en Mongolia en la misma época y en el mismo lugar que Deinocheirus, con lo cual a pesar de pertenecer a dos grupos bien distintos de dinosaurios, ambos debieron de encontrarse frente al mismo problema y desarrollaron la misma estrategia de supervivencia: hacerse gigantes y desarrollar brazos enormes con largas y afiladas garras. ¿Porqué? La respuesta completa se nos escapa, pero podemos intuir al menos una parte. El clima en la zona no debía de ser fácil, y la competencia seguramente sería brutal, así que cuando los antepasados de estos animales descubrieron que malamente podían prosperar cazando a otros animales, cambiaron de estrategia. Dejaron atrás la carne y se convirtieron en vegetarianos, adaptándose a un modo de alimentación que probablemente implicaría desenterrar tubérculos o raíces del suelo (o quizá segar ramas enteras de los árboles). El tamaño debió de  ser una medida de protección, además, necesitaron re-adaptar todo su sistema digestivo para poder procesar vegetación, convirtiéndose por necesidad en animales pesados. Tal es probablemente la historia de Deinocheirus y desde luego que con total seguridad la de Therizinosaurus y otros animales muy similares (la mayoría más pequeños) que se han englobado en su familia: los tericinosáuridos (véase esquema). 


Therizinosaurus.  Medía hasta 11 metros de longitud. A pesar de su amenazadora apariencia, este terópodo se pasó a las filas de los vegetarianos, rompiendo con un largo historial de fieros antepasados carnívoros.
Fuente: 
http://imgur.com/gallery/2wyTX


 Y ahora sí, es momento de terminar, pero hagamoslo con una guinda final digna del nivel al que la historia de la evolución ha conseguido llevarnos. Como en otros casos empezaremos con algo relativamente "normal", en esta última ocasión con unos pequeños dinosaurios avianos y que empezaron siendo conocidos como "ladrones de huevos", que es lo que significa Oviraptor, la especie más característica del grupo.  Este animal destacaba por tener un extraño pico alto, macizo y únicamente provisto de dos colmillos, por eso durante muchos años se pensó que le servía para cascar y zamparse huevos que previamente habría robado de los nidos de otros dinosaurios. Ahora sabemos que no era así, y que el pico sí que servía para triturar cosas, aunque no huevos, sino nueces, mariscos u... otras cosas. Y es que de nuevo estábamos subestimando la capacidad de la evolución para escupirnos en la cara. 


Oviraptores protegiendo un nido (no con mucho éxito, y si no descubran al lagarto ladrón). Se han encontrado los restos de varios de estos animales que murieron mientras empollaban sus huevos, probablemente agotados por la inanición y sorprendidos por tormentas de arena.
 Fuente: http://www.fanpop.com/clubs/dinosaurs/images/22232640/title/oviraptor-photo


 Oviraptor fósil condenado a seguir protegiendo su nido por toda la eternidad en el museo de Historia Natural de Frankfurt. Una cruel ironía para un animal cuyo nombre significa "ladrón de huevos".
 Fuente: http://www.senckenberg.de/root/index.php?page_id=14795


 Los ovirraptosauridos, como se llama el grupo, eran animales pequeños, rápidos y emplumados, del tamaño aproximado de una gallina y que además mostraban una gran similitud anatómica con las aves, con las cuales estaban estrechamente emparentados. Podemos imaginarlos correteando por las riveras o ríos de los oasis de Mongolia, su tierra natal, comiendo cangrejos gracias a su pico. Y entonces llegó la conmoción, llegó Gigantoraptor: 

un ovirraptosaurido de 8 metros de largo y 1.400 kilogramos de peso, 35 veces más grande que todos sus parientes conocidos. En palabras del paleontólogo que lo desenterró "fue como si de repente hubiésemos encontráramos un ratón del tamaño de un búfalo". 





Gigantoraptor. ¿Un ave gigante? ¿Un monstruoso dinosaurio con plumas? Sea lo que fuera, su visión debía de infundir pavor. Es muy posible que entre otras presas depredara a sus parientes más pequeños.
 Fuente: http://imgarcade.org/1/gigantoraptor/




Gigantoraptor (detrás), comparado con un Oviraptor (delante). Las proporciones del animal son monstruosas. 
Fuente: "Gigantoraptor" by Kabacchi - Gigantoraptor - 01Uploaded by FunkMonk. Licensed under CC BY 2.0 via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gigantoraptor.jpg#/media/File:Gigantoraptor.jpg



 También se han hallado restos de Gigantoraptores que murieron mientras empollaban sus nidos, lo cual nos da una idea de la dureza climática que estos animales tuvieron que soportar en la Mongolia del cretácico. De todos modos imaginar a un dinosaurio-ave de 8 metros de largo empollando sus huevos me produce un escalofrío en la espalda.
 Fotograma del documental "Planeta Dinosaurio".

 El motivo que llevó a este animal a evolucionar hasta tal tamaño permanece también en el misterio, tal vez no le bastaran con crustáceos y nueces y quiso empezar a jugar en una división más alta (literalmente), pero lo que está claro es que la Mongolia del cretácico tenía algo especial que conseguía que diversas especies de dinosaurios tomaran caminos realmente insólitos. 

 Meditando sobre la misteriosa existencia de estas criaturas, ponemos fin a nuestro viaje, pero solo de momento. En el siguiente capítulo visitaremos a los ornithischios, la otra gran rama de la evolución de los dinosaurios y de la que hasta ahora prácticamente no hemos visto nada. Hasta entonces, reciban los lectores un muy cordial saludo.




NOTAS


1) No puedo menos que compartir con el lector el yacimiento en el cual se desenterró a Skorpiovenator mientras los paleontólogos mantenían a raya a los escorpiones. La extraña postura del cuello es normal cuando el cuerpo de este tipo de animales se deshidrata tras la muerte y los músculos se contraen.


Skorpiovenator fósil. Fuente: «219 Arg ElChocon Museo dino» de Simona.cerrato - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:219_Arg_ElChocon_Museo_dino.JPG#/media/File:219_Arg_ElChocon_Museo_dino.JPG
  

2) Recordemos que Pangea fue un supercontinente, el último de los varios que han existido sobre la superficie de la Tierra, que se ensambló hace 300 millones de años, durante el periodo Pérmico, para posteriormente disgregarse poco a poco formando nuestros actuales continentes. 


Pangea se rompe formando los actuales continentes. 




 3) Precisamente en el norte del África de mediados del cretácico existió un dinosaurio herbívoro llamado Ouranosaurus (perteneciente al orden Ornithischia del que hablaré en el próximo capítulo) que desarrolló una vela dorsal muy similar a la de Spinosaurus. Tal convergencia evolutiva en la misma época y en el mismo lugar nos lleva a pensar que tal desarrollo debía de cumplir una función muy precisa especialmente apta para esa zona en concreto. Tal función debía de tener algo que ver con la regulación de la temperatura corporal y es posible que aprovechase ciertos vientos que debían de ser comunes allí, aunque a falta de una maquina del tiempo real todo esto es mera especulación.


Grupo de Ouranosaurus se desplaza por el desierto norteafricano, tal vez el viento disipase el calor en su vela corporal (como los perros cuando sacan la lengua)  y los rayos del Sol la calentasen en los momentos de frío al amanecer o al atardecer. Medían 7 metros y pesaban hasta 4 toneladas, pero aún así no parece que fueran presas de su especializado homólogo carnívoro el Spinosaurus.
 Fuente: http://dinosauralive.wikia.com/wiki/Ouranosaurus


4) El cráneo de Irritator, todo lo que sabemos hasta ahora de este espinosáurido, fue adquirido por el paleontólogo británico Dave Martill a unos traficantes de fósiles. Dichos traficantes habían "arreglado" el cráneo para que luciera más espectacular y poder venderlo por más dinero. Este hecho irritó sobremanera a Dave Martill, pero lo que resultó aún peor fue que, una vez restaurado, el cráneo demostró estar fusionado con los huesos de un reptil volador que parece ser que había estado apunto de ser el último aperitivo del dinosaurio. Separar minuciosamente los restos del dinosaurio y del reptil volador terminó por irritar definitivamente a Dave y a sus colaboradores, así que decidieron tomárselo con humor y llamar al dinosaurio Irritator, que se traduce literalmente como "irritador". A pesar de todo el cráneo pudo reconstruirse por completo demostrando que los espinosáuridos también habitaron en Sudamérica además de en África y Europa. 



 Aquí esta el puzzle fósil con el cráneo de Irritator que los expertos tuvieron que desenredar tediosamente mientras contenían malamente su irritación.
  
Fuente: http://www.science20.com/between_death_and_data/5_greatest_palaeontology_hoaxes_all_time_4_irritator-75974

 5) La hipotética versión evolucionada de Trodoon inventada por Dale Russel fue llamada "dinosauroide" y hoy en día una réplica suya saluda a los visitantes del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, reloj de pulsera y cartel explicativo incluido. Puede verse que los genitales son internos, como en los reptiles, y que según la imaginación del artista ha perdido las plumas (en realidad las primeras reconstrucciones de Troodon no tomaban en cuenta las plumas, de ahí que el dinosauroide este totalmente "desplumado"). Si el aspecto humanoide es o no es conditio sine qua non para el desarrollo de una inteligencia tecnológica es un tema muy discutido hoy en día, aunque como hemos visto a menudo al estudiar la evolución  en muchas ocasiones los seres vivos desarrollan una y otra vez las mismas soluciones para enfrentarse a los mismos problemas (a esto se le llama evolución convergente).


Acerca de las paradojas de la evolución convergente humanoide, seguro que encuentran interesante este vídeo (ojo, está en inglés):

https://www.youtube.com/watch?v=JKAXrmkx12g




 Dinosauroide en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Fotografía del autor.



Bibliografía:

Enciclopedia Ilustrada de los Dinosaurios y otros Animales Prehistóricos. Dougal Dixon, Ediciones Omega.


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