viernes, 21 de agosto de 2015

Capítulo XXXIX: Aves asesinas y monstruos peludos.




Capítulo XXXIX

Aves asesinas y monstruos peludos.





 Hoy invito al lector a que me acompañe en un viaje extraño pero fantástico. Empezaremos viajando a nuestro propio planeta tal y como era hace 64 millones de años. A partir de ahí iremos moviéndonos hacia el futuro asistiendo a un escenario que al lector tal vez le parezca muy poco familiar, pero que de alguna manera es responsable de nuestra actual existencia. Nuestra referencia va a ser el periodo Paleógeno, subdividido en tres épocas: Paleoceno, Eoceno y Oligoceno. No nos vendrá mal localizarlo en una tabla cronológica:


EónEraPeríodoÉpocaMillones de años
Fanerozoico
(hay tres eones anteriores, el Hadéico, el Arcaico, y el Proterozoico, abarcando cosa así de unos 4.000 millones de años entre ellos).
Cenozoico (la así
llamada
"era de
los mamíferos")
CuaternarioHoloceno
(AHORA
)
0,011784
Pleistoceno2,588
NeógenoPlioceno5,332
Mioceno23,03
PaleógenoOligoceno33,9 ±0,1
Eoceno55,8 ±0,2
Paleoceno65,5 ±0,3
Mesozoico
(la así llamada
 "era de
 los
 dinosaurios
")
Cretácico: Los
 dinosaurios alcanzan su máximo desarrollo evolutivo. Diversificación de las aves y de los primeros mamíferos placentarios. Aparecen las plantas con flor. En el mar los ictiosaurios son reemplazados por los mosasaurios. Al final del periodo, hace 65 millones de años, el impacto de un asteroide acabará con el 75 % de las especies.
145,5 ±4,0
Jurásico: Los dinosaurios se diversifican con rapidez. Otros grandes reptiles pueblan la Tierra, ictiosaurios y plesiosaurios en el mar y pterosaurios en el aire. Aparecen las primeras aves a partir de pequeños dinosaurios carnívoros. Evolucionan los primeros mamíferos verdaderos a partir de sus antecesores, los reptiles mamiferoides, quienes se extinguen. El supercontinente Pangea comienza su fragmentación.199,6
±0,6
Triásico: Los reptiles mamiferoides logran recuperarse tras el duro golpe sufrido, pero finalmente terminan retrocediendo posiciones frente a otras criaturas como los reptiles diápsidos. El final del periodo se salda con una extinción masiva que pone fin a los reptiles mamiferoides; solo sus descendientes mamíferos sobrevivirán. Poco antes un grupo de diápsidos había dado lugar a las primeras formas de dinosaurios. Otros grupos de diápsidos se adaptan a la vida en el mar y en el aire. En los océanos, salvo por los reptiles gigantes y los amonites con sus conchas espirales, la vida adopta un aspecto moderno.251,0 ±0,4
Paleozoico 

(literalmente,

"vida 

antigua", mientras 

que las 

dos siguientes eras serán "vida media", mesozoico 

y "vida nueva", cenozoico).
Pérmico: Se ensambla el supercontinente Pangea, apogeo de los reptiles mamiferoides, clima árido, el periodo termina con una extinción masiva que elimina al 90% de las especies de animales y a la mitad de las vegetales.299,0 ±0,8
CarboníferoColonización activa del medio terrestre, frondosas selvas pobladas con insectos y anfibios gigantes gracias a una concentración muy elevada de oxígeno en la atmósfera.Pensilvaniense318,1 ±1,3
Misisipiense359,2 ±2,5
Devónico: Era de los peces, escorpiones marinos gigantes, primeros anfibios. Revolución en el Reino Vegetal: Aparecen las primeras plantas vasculares; al final del periodo ya hay árboles con corteza y semilla, que forman los primeros bosques y selvas.416.0 ±2,8
Silúrico: Primeros insectos y plantas terrestres. 443,7 ±1,5
OrdovícicoPrimeros peces aún muy primitivos, grandes moluscos acorazados dominan el mar.488,3 ±1,7
Cámbrico"Explosión Cámbrica", gran radiación de la vida pluricelular compleja. Aparecen todos los filos del Reino Animal y también otras extrañas y misteriosas líneas evolutivas que no llevarán a ningún sitio.542

  De igual modo es interesante echar un vistazo al mapa, pues este aún no era como el actual, aunque se parecía ya mucho.




  Localizados espacial y temporalmente, metamos ya las manos en harina.

 Hace 64 millones de años la gran mayoría de los ecosistemas de la Tierra habían sido devastados por el brutal impacto de un cuerpo extraterrestre, un asteroide de entre 10 y 15 kilómetros de diámetro. Sobre la tierra no quedaba ninguna criatura de más de un kilogramo de peso, y en el mar y en los cielos la cosa no era mucho mejor. Aproximadamente el 75% de las especies se habían extinguido: dinosaurios, aves arcaicas, reptiles voladores, reptiles marinos, amonites, varios géneros vegetales etc... Sin embargo la vida es experta en recuperarse de reveses incluso peores (véase capítulo 30) y ya tenía preparadas las siguientes grandes cartas que jugar: las aves modernas y los mamíferos. 

 Al final de la así llamada era de los dinosaurios había varias subclases aves, pero solo una sobrevivió al asteroide, aquella conocida como "neornithes" o más sencillamente como aves modernas. A pesar de que solo unos pocos de sus miembros pasaron el cuello de botella de la extinción, fueron los suficientes como para re-colonizar un gran número de nichos ecológicos (muchos de los cuales habían quedado vacantes al desaparecer las aves arcaicas). La mayoría de esos nichos nos suenan, como aquellas aves que volvieron al mar (antepasados de los pingüinos), o se adaptaron a ambientes fluviales o lacustres (como patos y garzas) o un largo etc (la enumeración podría no terminar nunca). 

 Sin embargo hubo un tipo concreto de aves que se hicieron con un papel que jamás sospecharíamos y que también había quedado libre: el de los dinosaurios carnívoros. Parece ser que el diseño de un enorme depredador bípedo que corre tras sus presas provisto de afiladas garras y terribles mandíbulas era demasiado bueno como para dejarlo pasar y las "gastornithiformes" se dispusieron a aprovecharlo. Gastornis da nombre al grupo y fue su máximo exponente. Hasta 2 metros de altura, pico enorme y afilado, huesos ligeros y largas patas aptas para correr y saltar... claramente estos monstruos emplumados eran el terror de los pequeños y medianos mamíferos de la época (véase nota  1).

Pareja de Gastornis acechan en el bosque. Fuente.

Esqueleto fósil de Gastornis. Fuente.

 Estas aves no serían las únicas en explotar este peculiar modo de vida. Millones de años más tarde (véase nota 2) aparecerían gigantes plumíferos aún más terribles, las "aves del terror", pero eso de momento es otra historia. Más dejemos ya a estas inquietantes criaturas y marchemos a visitar a los supervivientes mamíferos.

 La historia moderna de los mamíferos no puede ser más peculiar. Criaturas del tamaño de una rata, en general insectívoras y/o carroñeras, de repente se ven en medio de un basto mundo desprovisto de la amenaza de criaturas más grandes y prácticamente sin competencia... ¡Tantas oportunidades que explotar delante de aquellos seres pequeños y peludos! Lo cierto es que no perdieron el tiempo, aunque la evolución va a su ritmo y desde luego que no podían aparecer formas especializadas de la noche a la mañana. 

 Uno de los primeros grupos de mamíferos en empezar a despuntar fueron los "condilartros". Empezaron siendo de tamaño modesto y omnivoros, y pronto mostraron una clara tendencia a hacerse más grandes y adquirir hábitos netamente vegetarianos... al menos la mayoría de ellos...


Chriacus. Un condilartro basal, de apenas 1 metro de largo. Dada su anatomía, sobre todo sus robustas y ágiles patas, es posible que se sintiera tan a gusto en el suelo como trepando entre las ramas de los árboles. Fuente.

Phenacodus, con ya un metro y medio de longitud era un animal vegetariano y corredor, antecesor de los ungulados. Fuente.

Esqueleto fósil de Phenacodus exhibido en el museo de historia natural de Londres. Es un predecesor de los ungulados perisodáctilos, es decir, caballos y rinocerontes. Fotografía del autor


  Comparados con los mamíferos que nos rodean hoy en día pueden parecernos muy "básicos", no en vano no tenían muy lejos a sus diminutos ancestros insectívoros, sin embargo eran la base del grupo más exitoso de mamíferos que nunca ha habido sobre la Tierra: los ungulados.

  Los ungulados se caracterizan por ser animales que se apoyan, caminan y corren sobre el extremo de sus dedos, que pueden terminar evolucionando para formar pezuñas o incluso cascos. En este punto, debemos de dividirlos principalmente en dos enormes grupos:


- Perisodácticos: Tienen un número impar de dedos. Incluimos aquí a Hippomorpha (caballos, asnos, cebras...), Ceratomorpha (rinocerontes) y Tapiroidea (tapires). Hubo más grupos, todos hoy extintos, que iremos visitando en este y el siguiente capítulo.

- Artiodáctilos: Tienen un número par de dedos. Hablamos de Ruminantia (todos los rumiantes: ciervos, vacas, jirafas, etc...), Tylopoda (camellos, llamas, vicuñas...) y Suiforma (jabalíes y cerdos).

 Entre uno y otro reúnen a la mayoría grandes herbívoros mamíferos en los que podemos pensar, pero no a todos. Nos dejamos a otros dos grupos de colosos:

 - Whippomorpha: Estrechamente emparentados con los artiodáctilos, puede que le suene a chino al lector, pero los animales que forman parte de él le serán muy familiares. Primero están los hipopótamos, esas grandes e irascibles moles acuáticas. Pero hablando de moles acuáticas, debemos de mencionar a aquellos parientes suyos que se hicieron aún más grandes y se adaptaron todavía más a vivir en el agua: los cetáceos. Puede parecernos extraño que ballenas y delfines sean ungulados al igual que ciervos y caballos, y todavía más que todos provengan de los escasamente especializados condilartros, pero después de haberle seguido la pista a la historia evolutiva de los dinosaurios en los capítulos anteriores... ¿quién puede ya sorprenderse? (véase nota 3).

 - Afrotheria: La acuñación de este grupo es relativamente nueva, pues nació a partir de ciertos análisis de ADN que relacionaron a diversos ordenes de mamíferos, en principio cada uno de su padre y de su madre, con un ancestral antepasado común africano. ¿Que ordenes de animales son estos? Veamoslos:
  •  Proboscidea: Los elefantes; únicos supervivientes que un orden que antaño fue más extenso, incluyendo a mamuts y otras criaturas.
  •  Sirenia: También llamados "vacas marinas" al ser los únicos mamíferos marinos herbívoros que existen. Incluye a los manatíes en las Américas y a los dugongos (o dugones) en África y Asia.

Dugongo pasta en el lecho marino. Fuente.

    •  Tubulidentata: El único superviviente actual de este orden es el cerdo hormiguero, probablemente uno de los animales más feos jamás paridos por la evolución (con todos mis respetos por estos animalillos). 
     
    Un cerdo hormiguero poco agraciado, como todos los miembros de su especie. Fuente.


    •  Afrosoricida: Un nombre terrible para unos animales pequeños y curiosos, tenrecs y topos dorados. Los primeros son parecidos a las musarañas y cuentan con hocicos largos y puntiagudos con los que desenterrar gusanos e insectos del suelo. Los segundos parecen topos salvo que en realidad no lo son, aunque tienen un aspecto y modo de vida parecidos.
    Tenrec. Fuente.

    Topo dorado. Al ser animales subterráneos carecen de ojos. Fuente.

     No cabe duda que la diversidad a la que llegó Afrotheria es dificil de superar, desde elefantes hasta vacas marinas pasando por los diminutos tenrecs... 

     Tome nota el lector que no he hablado de todos los grupos de ungulados que han existido; por no empezar complicando las cosas solo he mencionado a aquellos que hoy en día sobreviven, aunque por supuesto este blog irá visitando a un sin número de peculiares ungulados extintos, algunos realmente extraños y otros que se corresponderán a las formas más arcaicas de los actuales. En general solo han llegado a nuestros días unas pocas formas de ungulados en comparación con todas las que llegaron a existir, sobre todo al principio, cuando empezaban a tantear múltiples e insólitos senderos evolutivos. No obstante profundizar más en ello sería demasiado para este capítulo, así que mejor dejarlo para el siguiente.

     Como ya hemos tenido bastante de condilartros y sus descendientes ungulados, mejor regresemos al Paleógeno en busca de otros mamíferos ancestrales.

     Por supuesto en el Paleógeno también comenzaron a despuntar, y muy pronto, otros seres que hoy forman parte de nuestro día a día, como un grupo llamado "Glires" que incluye a todos aquellos animales que gustan de roer (roedores con un solo diente más conejos y afines con dos). 

     También sorprende que los quirópteros (murciélagos) aparecieran con su configuración actual ya en el Eoceno, no habiendo cambiado gran cosa desde entonces. Y no debemos de subestimarlos, pues según Wikipedia engloban hasta 1100 especies, el 20% de todas las que hay de mamíferos, siendo el segundo orden más diverso (detrás de los roedores, con 2280 especies, el 41%).  
     Otros ordenes actuales pero extraños y tempranos en aparecer son los Xenartos y Foliortos. Una vez más nombres que dejan con cara de póquer al lector, hasta que visitamos a sus miembros y... bueno, unos le sonarán más que otros.

     - Xenartos: Armadillos, perezosos y osos hormigueros. Todos ellos son animales de muy dudosa clasificación, dados ciertos detalles anatómicos sin parangón entre los demás mamíferos modernos, como las articulaciones múltiples que muestran entre las vértebras o los más de cien diminutos dientes del armadillo. Los xenartos son todos americanos.


    El monstruo de arriba a la izquierda es un perezoso gigante, hoy extinto. Podía medir hasta 6 metros de alto, pero pertenece a un periodo mucho más reciente del que hablaré en siguientes capítulos. Fuente.


    - Folidotos: Imaginen un mamífero arborícola, de cuerpo alargado, cola larga y prensil, y... totalmente blindado a base de escamas acorazadas. ¿Tomo demasiadas drogas? Quizá, pero el animal existe y se llama pangolín, aunque no todos viven en los árboles y también hay versiones terrestres. El pangolín es el último superviviente de este grupo, que inicialmente contaba con versiones peludas y no acorazadas. 


    Pangolín arborícola suspendido de su cola. Ya, ya se que no parece real, pero lo es. Fuente.
        
    Manis o Pangolín terrestre decide "hacerse bola" para protegerse al más puro estilo "Sonic". Fuente


    Pangolín terrestre busca insectos de los que alimentarse con su larguísima lengua, la cual... ¡nace directamente de su estómago! Además el animal carece de dientes. Esto es por si pensaban que no era suficientemente raro. La similitud con el oso hormiguero es solo casual, un ejemplo de convergencia evolutiva. Fuente.

    Toda esta galería de mamíferos primitivos y sus descendientes esta muy bien, pero... ¿Y los carnívoros? Lobos, tigres, osos, comadrejas, leones marinos... todos estos animales pertenecen al orden Carnivora, que por entonces (recordemos, el Paleógeno) aún apenas había comenzado a dar sus primeros y vacilantes pasos sin demasiada notoriedad. Así que alguien tenía que ocupar su papel depredatorio. Y esos fueron los mesoniquios. ¿Que quienes son? Buena pregunta, los mesoniquios son un grupo de... ¡Ungulados! Eso es, ungulados carnívoros. No es algo que deba de sorprendernos, las orcas lo llegaron a ser evolucionando a partir de animales parecidos a hipopótamos, así que ¿porque no otros? Lo desconcertante de los mesoniquios es que sus patas terminan en pezuñas como las de los ungulados artiodáctilos, herbívoros con los que están muy relacionados y a los cuales se parecen... excepto por sus afilados dientes  y terribles mandíbulas. Curiosamente hubo mesoniquios para todos los gustos, unos parecidos a lobos, otros a hienas, otros a... a nada que exista hoy en día... tanta variedad e incluso similitud con animales actuales solo se debe a la necesidad de ocupar distintos nichos ecológicos, algunos de los cuales siguen siendo los mismos hoy en día. Visitemos a algunos de los mesoniquios más notables:



    Mesonyx. A diferencia de los depredadores que nos son familiares hoy en día, carece de garras en las patas, teniendo pequeñas pezuñas en su lugar, lo cual delata su parentesco con los condilartros en especial y los ungulados en general. De un modo algo desconcertante se ha especulado que pudiera estar relacionado con los ancestros de los cetáceos e incluso tener costumbres acuáticas. Tenía el tamaño de un perro mediano. Fuente.
    Harpagolestes. Del tamaño de un oso, es probable que fuera carroñero al igual que las hienas actuales, con quienes tiene cierto parecido. Fuente.



     Un caso especial que en un principio se catalogó erróneamente como mesoniquio es Andrewsarchus. Aunque solo conocemos su cráneo, este es de casi un metro de largo por medio de ancho y nos muestra a uno de los carnívoros más grandes que nunca hayan existido, pudiendo haber podido rebasar los tres metros de longitud y llegar a los dos de alto. Sus dientes son afilados y robustos, pareciendo haber estado adaptados para triturar huesos. Al parecer una mordedura de este terrible ser significaba el final para cualquiera que fuera su presa, aunque tampoco se descarta que se alimentase de carroña. Como decía antes no es un mesoniquio, sino directamente un artiodáctilo. Recordemos a los artiodáctilos: pezuñas con un número par de dedos, orden que incluye a los actuales herbívoros rumiantes, a camellos, jabalies y... monstruos carnívoros como Andrewsarchus. Sí, desde luego que la naturaleza muchas veces juega a sorprendernos y desconcertarnos. 


    Andrewsarchus. Lo crean o no animales como vacas, cerdos o camellos actuales son sus parientes. Solo se conoce su cráneo; la reconstrucción del cuerpo es especulativa, pero es probable que se pareciera a los mesoniquios con quienes en un principio se lo confundió. 
    Fotograma del documental "Walking with Beast".

     Casi parece como si los mesoniquios y otros seres aberrantes como Andrewsarchus solo fueran una especie de apaño evolutivo ante la falta de depredadores más avanzados. Tal vez fuera esto lo que motivó la aparición de la siguiente hornada de mamíferos cazadores... ¿los carnívoros modernos? No, aún es pronto para eso, en realidad hablamos de unas extrañas criaturas conocidas como "creodontos". Más se acaba ya el espacio de este capítulo, con lo cual mejor dejamos a los creodontos para el siguiente viaje junto con toda la pléyadede ungulados primitivos que también han quedado pendientes. Sin embargo hay que hacer un par de breves puntualizaciones para que el lector se haga con una visión completa y precisa acerca de los mamíferos del Paleógeno, y será con ello con lo que terminemos.

     Todos los mamíferos que hemos visto aquí son miembros de Eutheria, más conocidos como mamíferos placentarios, es decir, que dan luz a crías ya bien formadas gracias al útero femenino y su placenta. No obstante ellos no fueron los únicos en sobrevivir al límite K-T. 

     Los marsupiales pertenecen a otra rama y en ellos las crías nacen con un grado de desarrollo muy básico para lograr auto-transportarse hasta el marsupio y terminar de crecer allí. Hoy en día quedan pocos marsupiales, algunos en Sudamérica y el resto en Australia, pero antaño estaban esparcidos con más o menos éxito por casi todo el planeta.

      Aún más extraños son los monotremas, los mamíferos que ponen huevos (ornitorrincos y equidnas). Son mamíferos tan primitivos que aún muestran muchas características reptilianas, no solo ser ovíparos, si no también ser venenosos (es el caso del ornitorrinco, véase nota 4) y tener cloaca (un solo orificio por el cual excretan, ponen los huevos y procrean como en las aves y los reptiles). Los monotremas pueden ser considerados como un fósil viviente procedente de una era remota en la evolución de los mamíferos y que sorpredentemente ha conseguido llegar hasta nosotros, de hecho ni siquiera serían considerados como mamíferos si no fuera porque: tienen pelo, producen leche para sus crías, son de sangre caliente y poseen algunas características anatómicas "modernas" (huesos complejos del oído, diafragma para respirar y corazón dividido en cuatro cavidades). 

    EquidnaFuente.

       Finalmente está un grupo de mamíferos otrora exitoso y que tuvo una presencia significativa a comienzos del Paleógeno, pero que sin embargo no logró llegar a nuestros días: los multituberculados. El nombre viene de sus dientes, que mostraban "múltiples protuberancias". Su aspecto nos recordaría al de enormes roedores aunque desde luego que nada tenían que ver con los mamíferos placentarios, de hecho dada su estrecha pelvis (no apta para partos complejos) se piensa que daban a luz de modo similar a los marsupiales. Los multituberculados aparecieron en el Jurásico y a partir de ahí protagonizaron una prometedora carrera evolutiva, adaptándose a todo tipo de estilos de vida. Desgraciadamente para ellos en el periodo Paleógeno la competencia se volvió demasiado intensa y en la época del Oligoceno, 100 millones de años tras su aparición, se extinguieron. Son el único gran grupo de mamíferos que ha desaparecido por completo, sin legar hasta la actualidad ni un solo superviviente. Uno de los últimos grandes multituberculados fue Taeniolabis, y con él cerramos este capítulo. 


    Taeniolabis. Con 60 centímetros de largo (el tamaño de un castor) fue uno de los mamíferos más grandes del Paleoceno (la primera época del Paleógeno). A pesar de no estar relacionado con ellos, tenía una dentición y alimentación similar a la de los roedores modernos. Fuente.

      En el próximo episodio proseguiremos la extraña aventura de los mamíferos en el Paleógeno. Hasta entonces reciba el lector un muy cordial saludo.




    Notas:


    Nota 1: Algunos expertos piensan que tal vez estas enormes aves pudieran ser en realidad vegetarianas y usasen el afilado pico al estilo de los loros actuales: para acceder a vegetación dura o frutos con cáscara. Sin embargo la corriente mayoritaria sigue pensando que estos seres eran cazadores, sobre todo dada su capacidad para correr, las garras de sus patas y su enorme tamaño.

    Nota 2: Las aves del terror más impactantes vivieron en el Neógeno, inquietantemente cerca de nuestra época. De haber llegado a convivir con los seres humanos habríamos sido su presa...

    Nota 3: La evolución de los cetáceos es sorprendente y dio lugar a auténticos monstruos de pesadilla que visitaremos en capítulo siguiente.

    Nota 4: Sí, hay que tener cuidado con los ornitorrincos cuando uno vaya a bañarse en un río o lago, están provistos de un espolón venenoso en sus tobillos con el cual pueden matar a un animal pequeño y causar muchos problemas a un ser humano (si uno no vive en el suroeste de Australia entonces está a salvo de ornitorrincos, aunque según donde viva puede haber cosas peores acechándole...).


    Bibliografía: 


    Enciclopedia Ilustrada de los Dinosaurios y otros Animales Prehistóricos. Dougal Dixon, Ediciones Omega.





    No hay comentarios:

    Publicar un comentario